viernes, 15 de diciembre de 2017

Los godos del emperador Valente



En el año 376 después de Cristo, en la frontera del Danubio se presentó una masa enorme de hombres, mujeres y niños. Eran refugiados godos que buscaban asilo, presionados por el avance de las hordas de Atila. Por diversas razones -entre otras, que Roma ya no era lo que había sido- se les permitió penetrar en territorio del imperio, pese a que, a diferencia de oleadas de pueblos inmigrantes anteriores, éstos no habían sido exterminados, esclavizados o sometidos, como se acostumbraba entonces. En los meses siguientes, aquellos refugiados comprobaron que el imperio romano no era el paraíso, que sus gobernantes eran débiles y corruptos, que no había riqueza y comida para todos, y que la injusticia y la codicia se cebaban en ellos. Así que dos años después de cruzar el Danubio, en Adrianópolis, esos mismos godos mataron al emperador Valente y destrozaron su ejército. Y noventa y ocho años después, sus nietos destronaron a Rómulo Augústulo, último emperador, y liquidaron lo que quedaba del imperio romano.

Y es que todo ha ocurrido ya. Otra cosa es que lo hayamos olvidado. Que gobernantes irresponsables nos borren los recursos para comprender. Desde que hay memoria, unos pueblos invadieron a otros por hambre, por ambición, por presión de quienes los invadían o maltrataban a ellos. Y todos, hasta hace poco, se defendieron y sostuvieron igual: acuchillando invasores, tomando a sus mujeres, esclavizando a sus hijos. Así se mantuvieron hasta que la Historia acabó con ellos, dando paso a otros imperios que a su vez, llegado el ocaso, sufrieron la misma suerte. El problema que hoy afronta lo que llamamos Europa, u Occidente (el imperio heredero de una civilización compleja, que hunde sus raíces en la Biblia y el Talmud y emparenta con el Corán, que florece en la Iglesia medieval y el Renacimiento, que establece los derechos y libertades del hombre con la Ilustración y la Revolución Francesa), es que todo eso -Homero, Dante, Cervantes, Shakespeare, Newton, Voltaire- tiene fecha de caducidad y se encuentra en liquidación por derribo. Incapaz de sostenerse. De defenderse. Ya sólo tiene dinero. Y el dinero mantiene a salvo un rato, nada más.

Pagamos nuestros pecados. La desaparición de los regímenes comunistas y la guerra que un imbécil presidente norteamericano desencadenó en el Medio Oriente para instalar una democracia a la occidental en lugares donde las palabras Islam y Rais -religión mezclada con liderazgos tribales- hacen difícil la democracia, pusieron a hervir la caldera. Cayeron los centuriones -bárbaros también, como al fin de todos los imperios- que vigilaban nuestro limes. Todos esos centuriones eran unos hijos de puta, pero eran nuestros hijos de puta. Sin ellos, sobre las fronteras caen ahora oleadas de desesperados, vanguardia de los modernos bárbaros -en el sentido histórico de la palabra- que cabalgan detrás. Eso nos sitúa en una coyuntura nueva para nosotros pero vieja para el mundo. Una coyuntura inevitablemente histórica, pues estamos donde estaban los imperios incapaces de controlar las oleadas migratorias, pacíficas primero y agresivas luego. Imperios, civilizaciones, mundos que por su debilidad fueron vencidos, se transformaron o desaparecieron. Y los pocos centuriones que hoy quedan en el Rhin o el Danubio están sentenciados. Los condenan nuestro egoísmo, nuestro buenismo hipócrita, nuestra incultura histórica, nuestra cobarde incompetencia. Tarde o temprano, también por simple ley natural, por elemental supervivencia, esos últimos centuriones acabarán poniéndose de parte de los bárbaros.

A ver si nos enteramos de una vez: estas batallas, esta guerra, no se van a ganar. Ya no se puede. Nuestra propia dinámica social, religiosa, política, lo impide. Y quienes empujan por detrás a los godos lo saben. Quienes antes frenaban a unos y otros en campos de batalla, degollando a poblaciones enteras, ya no pueden hacerlo. Nuestra civilización, afortunadamente, no tolera esas atrocidades. La mala noticia es que nos pasamos de frenada. La sociedad europea exige hoy a sus ejércitos que sean oenegés, no fuerzas militares. Toda actuación vigorosa -y sólo el vigor compite con ciertas dinámicas de la Historia- queda descartada en origen, y ni siquiera Hitler encontraría hoy un Occidente tan resuelto a enfrentarse a él por las armas como lo estuvo en 1939. Cualquier actuación contra los que empujan a los godos es criticada por fuerzas pacifistas que, con tanta legitimidad ideológica como falta de realismo histórico, se oponen a eso. La demagogia sustituye a la realidad y sus consecuencias. Detalle significativo: las operaciones de vigilancia en el Mediterráneo no son para frenar la emigración, sino para ayudar a los emigrantes a alcanzar con seguridad las costas europeas. Todo, en fin, es una enorme, inevitable contradicción. El ciudadano es mejor ahora que hace siglos, y no tolera cierta clase de injusticias o crueldades. La herramienta histórica de pasar a cuchillo, por tanto, queda felizmente descartada. Ya no puede haber matanza de godos. Por fortuna para la humanidad. Por desgracia para el imperio.

Todo eso lleva al núcleo de la cuestión: Europa o como queramos llamar a este cálido ámbito de derechos y libertades, de bienestar económico y social, está roído por dentro y amenazado por fuera. Ni sabe, ni puede, ni quiere, y quizá ni debe defenderse. Vivimos la absurda paradoja de compadecer a los bárbaros, incluso de aplaudirlos, y al mismo tiempo pretender que siga intacta nuestra cómoda forma de vida. Pero las cosas no son tan simples. Los godos seguirán llegando en oleadas, anegando fronteras, caminos y ciudades. Están en su derecho, y tienen justo lo que Europa no tiene: juventud, vigor, decisión y hambre. Cuando esto ocurre hay pocas alternativas, también históricas: si son pocos, los recién llegados se integran en la cultura local y la enriquecen; si son muchos, la transforman o la destruyen. No en un día, por supuesto. Los imperios tardan siglos en desmoronarse.

Eso nos mete en el cogollo del asunto: la instalación de los godos, cuando son demasiados, en el interior del imperio. Los conflictos derivados de su presencia. Los derechos que adquieren o deben adquirir, y que es justo y lógico disfruten. Pero ni en el imperio romano ni en la actual Europa hubo o hay para todos; ni trabajo, ni comida, ni hospitales, ni espacios confortables. Además, incluso para las buenas conciencias, no es igual compadecerse de un refugiado en la frontera, de una madre con su hijo cruzando una alambrada o ahogándose en el mar, que verlos instalados en una chabola junto a la propia casa, el jardín, el campo de golf, trampeando a veces para sobrevivir en una sociedad donde las hadas madrinas tienen rota la varita mágica y arrugado el cucurucho. Donde no todos, y cada vez menos, podemos conseguir lo que ambicionamos. Y claro. Hay barriadas, ciudades que se van convirtiendo en polvorines con mecha retardada. De vez en cuando arderán, porque también eso es históricamente inevitable. Y más en una Europa donde las élites intelectuales desaparecen, sofocadas por la mediocridad, y políticos analfabetos y populistas de todo signo, según sopla, copan el poder. El recurso final será una policía más dura y represora, alentada por quienes tienen cosas que perder. Eso alumbrará nuevos conflictos: desfavorecidos clamando por lo que anhelan, ciudadanos furiosos, represalias y ajustes de cuentas. De aquí a poco tiempo, los grupos xenófobos violentos se habrán multiplicado en toda Europa. Y también los de muchos desesperados que elijan la violencia para salir del hambre, la opresión y la injusticia. También parte de la población romana -no todos eran bárbaros- ayudó a los godos en el saqueo, por congraciarse con ellos o por propia iniciativa. Ninguna pax romana beneficia a todos por igual. Y es que no hay forma de parar la Historia. «Tiene que haber una solución», claman editorialistas de periódicos, tertulianos y ciudadanos incapaces de comprender, porque ya nadie lo explica en los colegios, que la Historia no se soluciona, sino que se vive; y, como mucho, se lee y estudia para prevenir fenómenos que nunca son nuevos, pues a menudo, en la historia de la Humanidad, lo nuevo es lo olvidado. Y lo que olvidamos es que no siempre hay solución; que a veces las cosas ocurren de forma irremediable, por pura ley natural: nuevos tiempos, nuevos bárbaros. Mucho quedará de lo viejo, mezclado con lo nuevo; pero la Europa que iluminó el mundo está sentenciada a muerte. Quizá con el tiempo y el mestizaje otros imperios sean mejores que éste; pero ni ustedes ni yo estaremos aquí para comprobarlo. Nosotros nos bajamos en la próxima. En ese trayecto sólo hay dos actitudes razonables. Una es el consuelo analgésico de buscar explicación en la ciencia y la cultura; para, si no impedirlo, que es imposible, al menos comprender por qué todo se va al carajo. Como ese romano al que me gusta imaginar sereno en la ventana de su biblioteca mientras los bárbaros saquean Roma. Pues comprender siempre ayuda a asumir. A soportar.

La otra actitud razonable, creo, es adiestrar a los jóvenes pensando en los hijos y nietos de esos jóvenes. Para que afronten con lucidez, valor, humanidad y sentido común el mundo que viene. Para que se adapten a lo inevitable, conservando lo que puedan de cuanto de bueno deje tras de sí el mundo que se extingue. Dándoles herramientas para vivir en un territorio que durante cierto tiempo será caótico, violento y peligroso. Para que peleen por aquello en lo que crean, o para que se resignen a lo inevitable; pero no por estupidez o mansedumbre, sino por lucidez. Por serenidad intelectual. Que sean lo que quieran o puedan: hagámoslos griegos que piensen, troyanos que luchen, romanos conscientes -llegado el caso- de la digna altivez del suicidio. Hagámoslos supervivientes mestizos, dispuestos a encarar sin complejos el mundo nuevo y mejorarlo; pero no los embauquemos con demagogias baratas y cuentos de Walt Disney. Ya es hora de que en los colegios, en los hogares, en la vida, hablemos a nuestros hijos mirándolos a los ojos.  


Original aqui.


Que Fortuna nos aporte lucidez.

23 comentarios:

  1. Saludos.

    Me parece estar leyendo (de nuevo y salvando la abrumadora distancia) al mismísimo Oswald Spengler. Del 2º tomo de su "Decadencia de Occidente", esta cita:

    "Todo lo cósmico lleva impreso el signo de la periodicidad.

    Todo lo cósmico tiene un ritmo. En cambio, lo microcósmico tiene polaridad. La palabra «contra» expresa íntegramente su esencia. Lo microcósmico se manifiesta como oposición.

    Hablamos del esfuerzo de la atención, del esfuerzo del pensamiento. Pero todos los estados de la conciencia vigilante son, por esencia, esfuerzos, oposiciones entre dos polos; los sentidos y los objetos, el yo y el tu, la causa y el efecto, la cosa y la propiedad, todo es tensión, dilatación, oposición. Y cuando aparece la relajación, esto es, la que con término profundamente significativo llamamos también distensión, sobreviene en seguida el cansancio en la parte microcósmica de la vida y, finalmente, el sueño. El durmiente, el hombre libre de toda tensión y oposición, vive en realidad una existencia puramente vegetativa".

    Tomo II
    http://www.abrelosojos.yolasite.com/resources/Libros/La%20decadencia%20de%20occidente%20(TOMO%20II).pdf
    Tomo I
    http://www.ignaciodarnaude.com/textos_diversos/Spengler,La%20decadencia%20de%20Occidente(Tomo%201).pdf

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  2. Perez Reverte es un tipo incomodo para la pseudo-intelectualidad que le hace la pelota a nuestros gobernantes y que vive de las subvenciones.

    Precisamente el no vivir de las subvenciones le da la libertad de cantar las verdades del barquero e intentar despertar a una sociedad ensimismada en si misma.

    Hace retratos crudos y sin anestesia de los males que nos afligen, y del futuro sombrío que acecha a un continente que escucha galopar al caballo de Atila, sin saber muy bién como detenerlo.

    O quizás si lo sabe, pero no está dispuesto a pagar el precio de una batalla definitiva y sangrienta

    Un abrazo.

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  3. He leído con mucho, mucho interés lo que nos pones, Daniel.
    Muy, muy interesante y lúcido, según mi criterio. Estas entradas son las que en realidad valen la pena; las que te ayudan a pensar.

    Y he leído las dos respuestas. La de LOAM, cojonuda porque es "justa la fusta", exacta en el autor citado por él y además con un enlace extraordinario.
    De puta madre.

    Y la de RODERICUS, que nos habla de un escritor que va contra el "sistema" sin ambajes.

    En fin, que "os den", no me dejaís espacio pa na...pero he disfrutado con la entrada y las respuestas.

    Un abrazo a los tres
    salut

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  4. Ufffff....Que largo...Voy a comer y vuelvo que parece muyyyy interesante 😋😊😘😘😘

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  5. "Tots navegàrem una mica més cap al remolí de la mort, cadascú dalt de la barca de la inalterable estupidesa propia". Salvador Spriu

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  6. Me encanta como escribes , como cuentas la historia . Es un gustado volver a aprender de ti.
    Gracias
    Miles de Besazos corazon

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  7. Loam, creo que donde no hay fuerzas no hay vida, nosotros somos una especie de fuerza creada mediante otras fuerzas menores unidas o enfrentadas. Creo que eso tiene poca discusión, Europa se ha unido durante siglos porque, aun a pesar de las múltiples guerras y putadas que tan periódicamente nos damos entre europeos, poco a poco el nivel de la gente en rasgos generales va subiendo, vive mejor un preso en España ahora que un rey de España de hace 200 años, en cuanto a alimentación, calor, sanidad y otras cosas, de puterío y otras cosas, iba mejor el rey. Con América y la salida al mar de toda Europa "a la carrera" y el saqueo generalizado del mundo, compartimos el mundo, no declaradamente sino de hecho, que es como se ocupan las cosas en la época. Pero nos unía un objetivo común, una competición real y había ese espíritu de lo desconocido, ese ansia de crear un nuevo mundo perfecto..(para nosotros, claro), puritanos, delincuentes, curas (siempre hay un cura en todos estos circos). prostitutas, asesinos, arruinados, soldados de fortuna y todo el mundo, que por unas razones u otras no estaban bien en la antigua Europa, se fue yendo durante siglos, y Europa se beneficio. Siempre había una guerra en algún sitio y eso une mucho al personal aunque este a miles de kms.
    Se acabaron las guerras de países de Europa, ya no hay enemigo y no lo habrá hasta que lleguen a las fronteras físicamente, cuando el humo ya se huela, somos así.
    Solo hay una forma de acabar con este conflicto de fronteras y culturas, con pan y circo, pero resulta que tampoco hay tanto pan y no se quiere pagar a los artistas del circo...

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  8. Rodericus, le decía a Loam lo del pan y circo, porque siempre funciona, siempre, pan es llevar industria, servicios y trabajo a Africa, por ejemplo, y circo son televisiones con múltiples programas chorras, campos de fútbol con mucha gente,vender la felicidad en cómodos plazos y esas cosas que "disfrutamos en Europa", aquí ha dado resultado, ¿porque allí no?, ademas con la TV se folla menos y así hay menos gente.
    Esto no lo haremos, porque es caro, posible pero caro, en realidad no lo es porque es el futuro del mundo, pero no "a corto plazo". Por eso ya nunca haremos catedrales que perduren, no se hacen de una elección a otra. Es más rentable el conflicto armado, elimina más pobres, es mejor contraconceptivo que la TV , mejora la población mundial y nosotros vendemos las armas viejas al precio que nos costaron o mas, un chollo.

    Hay mucha gente que juzga libros por las tapas, pero no son esa gente la que aporta, la que aporta son los que leen los libros y extraen sus conclusiones, no los que juzgan a priori o sin leer.

    Un saludo

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  9. Miquel no hay dos personas iguales, ¿porque hay menos opiniones que personas?, porque buscamos bandos, espacios donde sentirnos cómodos, que nos sean agradables y seguros. Lo de seguros es importante, porque evolucionamos a base de bajas y nadie quiere ser la oveja propiciatoria, pensando que el grupo la hace fuerte y que siempre pueden coger a otro. El sacrificio esta muy bien pero cuando lo hace otro. En no pocas ocasiones les quitamos a los hijos la ocasión de luchar y ganar por el miedo a que pierda, y eso no le hace favor a nadie, creo yo.
    Un saludo

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  10. Loam, elegir al estúpido que sigues o al estúpido que te haces es parte de la libertad del ser humano.

    Gracias por los enlaces anteriores, no conocía ni la obra , ni el autor

    Un saludo

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  11. Loli, muchas gracias, pero esto no lo he escrito yo, ya quisiera. Es de Arturo Perez REverte. Espero que te vaya bien, besos...

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  12. Respecto al bimbo y el fútbol (versión actualizada del pan y circo romano) dice, acertadamente como siempre, Agustín García Calvo:

    "Ni que decirles tengo que, ya desde la República, desde antes del advenimiento de
    César y de Augusto, los juegos estaban hechos, especialmente en los grandes centros
    como Roma, para la formación de las multitudes de ciudadanos, de personas, ciudadanos
    o aspirantes a ciudadanos, y para formarlos naturalmente en la distracción -en
    la distracción- que los ludi tenían que significar, es decir, el no darse cuenta de lo que
    está pasando, en una palabra: lo mismo que ahora."

    http://bauldetrompetillas.es/wp-content/uploads/pdf/Deportejuegoycompeticion.pdf

    PD. Por cierto, el petulante Pérez Reverte forma parte (aunque eso sí, académica) del lucrativo circo institucional.

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  13. Loam la calidad del pan y la variedad del circo son las marcas de las civilizaciones. Si la gente tiene un trabajo y esta entretenida, es bastante feliz, no suele matar al personal y entre circo y circo suelen trabajar y la Humanidad se desarrolla. Todos tenemos un circo y por eso vemos a los de los otros circos como payasos y como competencia. Lo de hacer comidas publicas gratis ya era costumbre en la República. El sistema funciona y cuando falla, falla la seguridad, llega el hambre o la enfermedad, el sistema quiebra y es cuando se producen los movimientos, algunos positivos y otros no tanto.
    ¿No seria mejor para todos que en África se viviera como Europa? Con los defectos de Europa incluidos, lo uno sin lo otro es difícil de comprender.

    He estado buscando petulante y viene:

    Se aplica a la persona que está demasiado convencida de sí misma.

    Bueno creo que Reverte esta más mosqueado con la sociedad y consigo mismo por diferentes razones , aunque algunas están en el texto de arriba, que convencido de lo que dice, sabe quien es el enemigo pero no sabe como combatirlo y eso lo convierte en un impotente frustrado. A mi me pasa parecido..

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  14. https://blogs.elconfidencial.com/cultura/animales-de-compania/2016-05-08/perro-ladrador-poco-mordedor-el-drama-intelectual-de-perez-reverte_1195224/

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  15. Qué simplón es Reverte, que desconocimiento más absoluto de la historia y de la evolución de los pueblos.
    Nada nuevo, desde un discurso hormonado para justificar que la civilización se va al carajo. Usa esa simpleza de catón infantil como la que leíamos en los viejos libros de historia del franquismo. " Y el bueno de Viriato fue traicionado por sus propios hombres pero Roma no paga traidores".
    Habla de la caída de la civilización recurriendo a viejas retóricas reaccionarias y lo malo es que la gente bientintencionada se cree estos discursos de energúmeno porque habla con tono solemne y como si el mundo se redujese a su verdad.
    Es como cuando habla de la Guerra Civil española sin distinguir legitimidades ni bandos. Reverte ha decidido que todos eran malos y la gente que les gusta por su estilo machote y acanallado dice si bwana. Podría decir si también piensa lo mismo sobre otros regímenes políticos nacidos del espanto. Ya que la final el milico de turno es tan culpable como el tipo que torturan a la muerte en el ESMA. Esa es la lógica de Reverte, si es que Reverte bajase de su pedestal mentiroso o quisiera algo más que seguir vendiendo libros. No, no lo quiere, lo suyo va de soltar su bocazo y que sus lectores le hagan la ola.
    Reverte es un bluff. Un escritor mediocre que se alimenta de inútiles discusiones en las redes. El escritor petimetre de la temporada como antes lo fue Umbral que por lo menos sabía escribir o aquel Vizcaíno Casas que ya nadie recuerda.
    Saludos

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  16. Doctor Krapp; suscribo de principio a fin tu acertado comentario.

    Saludos

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  17. Loam, no se quien Carlos Prieto, no soy persona de extensa cultura. Tampoco me considero capaz de criticar el articulo, parece que este hombre se ha visto retratado por Reverte y le ha dolido y le veo como un amante despechado, ademas y,con perdón, no ha leído a Reverte de 2003, 2004 ó 2005, yo si y eso se nota, como se nota que Rafael Reig ese que dice:
    "Su estilo literario apenas de distingue del de un legionario borracho en la barra de un bar."
    Si este, este tampoco ha estado con un legionario borracho en la barra de un bar nunca, también se le nota.
    Por lo demás, leer a Reverte o no es una decisión personal y se puede compartir con él o no, pero el tiene su criterio, su visión y la mía son bastante parecidas. Y como diría Reverte, "hay justos en Sodoma..." pero e general, en España, sobran cargos públicos a dedo, amiguetes, conocidos, socios y esas cosas, sobran administraciones como sobran "Cortes" y demás nidos de amiguetes y panoplia medieval y en general y salvo alguna excepción no se prima la inteligencia en los cargos de decisión sino la fidelidad al régimen, solo mirar el Gobierno de España y el regional de Cataluña te da una idea del personal que nos representa, ese personal, en una gran mayoría, con listas abiertas no estarían, por ejemplo, el pelota, el lacayo y el gris asciende en la administracion del país aupado por partidos políticos ineficaces y burocratizados, que priman la loa al lider.
    Mi concepción de estado es casi jacobino, tipo Francia, por ejemplo y creo que la gente tiene que tener oportunidad de prosperar con su trabajo y su intelecto, más que por sus relaciones o por su filiación política y ver a determinada gente en determinados puestos hace que se caliente la sangre.

    Un saludo

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  18. Doctor Krapp, con mi olfato de detective detecto que no eres del club de fans de Reverte.

    El otro día decía de la Guerra Civil que no había que ser equidistante, sino ecuánime. Nunca ha defendido el golpe de estado. El habla de gente a lo pequeño y en ese ámbito si dice que en ambos bandos hubo hps y santos y creo que tiene razón, pero de ahí a defender el golpe va un abismo, decir que en ambos bandos hubo gestos de solidaridad, generosidad y también de mala leche y navajazo trapero no justifica nada, expone unos hechos que son ciertos, lo se yo y lo sabes tu, pero eso no justifica, ni defiende nada...
    Como escritor hay algunos libros que me gustan y otros no, pero su editorial no me la pierdo, desde hace muchos años, lo que me da cierta perspectiva, ¿acertada o errónea?, no lo se, ¿quien lo sabe a ciencia cierta?.

    Los imperios se cayeron poco después de dejar de crecer, algunos aguantaron más que otros, pero es difícil de sacar de casa a gente que vive bien (más o menos), si tienen hambre o falta de futuro real y alguien les promete el Valhalla salen ellos solos. Cuando el imperio realmente goza de la riqueza de ser Imperio, empieza a caer, eso creo yo...

    Un saludo

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  19. Después de leer el comentario del Dr. Krapp no se me ocurre nada que añadir. Lo suscribo en su totalidad. Sin duda, tampoco soy acólito del Sr. Pérez Reverte...

    Y en lo que respecta a las invasiones y caídas de imperios y tal solo tengo que añadir que las comprendo y que son inevitables. O el llamado Primer Mundo colabora en mejorar las condiciones del Tercero o tendrá que asumir las consecuencias que acarrean las diferencias tan enormes...

    Saludos y felices fiestas

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  20. Esta historia tiene algún fallo, sobre todo en relación a eso de la masa de refugiados godos, que creo que entraron organizados y armados.
    En cualquier caso, supongo que el truco es que nadie tenga que salir de su casa, y para conseguirlo lo mejor es no meter la mano en ella para desordenarla.

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  21. Luis Antonio, el primer mundo tiene muchos retos, pero cada dia más el Tercer Mundo se hace más pequeño y eso es bueno.. Los imperios caen cuando sus ciudadanos se creen invencibles y solo ven al estado como una forma de sacar provecho propio.. Un saludo

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  22. Hippie los godos, por lo que yo se, se movilizaron como nacion, iban de un lado a otro con su ejercito, pero también con sus familias, con sus rebaños y su sistema. Los romanos dejaron de ser soldados y eso, aunque al principio les dio cierto bienestar a la larga causo su decadencia. El problema de la mano en casa ajena viene más de los próximos que de los lejanos...
    Un saludo

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Piensa como piensan los sabios, más habla como habla la gente sencilla. Aristoteles (384 AC-322 AC). Filósofo griego.