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martes, 12 de junio de 2018

Renunciar

Creo que nadie en su sano juicio puede dejar que unas personas se ahoguen o mueran de frío o hambre al lado de casa, pienso que va en contra de la Naturaleza humana que se ha desarrollado por dos actitudes:

1. La colaboración entre los individuos del género homo (ahora también sera homa), es decir la sociedad, como modo de conseguir mayores logros en bienestar, seguridad o espiritual (la comunicación es una necesidad y el lenguaje el medio que utilizamos).

2. El egoísmo de los mismos individuos, individual o colectivo, en modo de conflicto, cuando ya se han beneficiado de la sociedad o aspiran a tener más de la sociedad vecina o el miedo a que el de "al lado" se quede con algo que considera suyo.

He pensado esto mientras venía de San Sebastián de viaje, al oír los comentarios de algunos opinadores profesionales en las diferentes emisoras que suelo alternar.

No voy a valorar una actuación que no creo que merezca valoración, simplemente por ser bastante lógica, racional y razonable.
Lo que si me pregunto es qué pasará con esas 629 personas, cuando ya nos les alumbren los flash, cuando no sean portada en periódicos europeos y cuando no salgan en boca de los sabelotodo de turno, yo incluido.
Italia lleva acogidos a 163.000 personas en los últimos diez años, según he oído a algún tertuliano, y nuestros vecinos del Norte, no quieren saber nada de esto y aunque se bañen en solidaridad, una cosa es predicar y otra dar trigo.

Es para pensar, ¿que podemos hacer pàra que la gente no tenga que jugarse el físico en este tipo de acciones?, yo, la verdad, no lo se, y creo que nadie lo sabe.

Es fácil echar la culpa al capitalismo, a la derecha reaccionaria, a esos nacionalistas patrioteros que están saliendo (otra vez) en Europa llamándolos miserables y demás, pero nadie sabe la solucion.

Vienen atraídos por nuestras luces, (es curioso ver que muchos tienen teléfonos móviles),  por nuestros automóviles, por nuestras casas, por nuestro confort, por nuestra seguridad, por las imágenes de televisión.... ¿Soportaría nuestro bienestar una llegada masiva de estas personas?, ¿a que estaríamos dispuestos cada uno de nosotros a renunciar para dárselos a ello?, la respuesta a estas preguntas es fácil, que se lo quiten a los ricos, ¿que es ser rico?, yo soy rico comparado con ellos, ¿A que estaría dispuesto a renunciar yo?.

Otra de las muchas memeces que he oído esta tarde es que Europa es un continente de acogida, y una mierda, hemos colonizado, avasallado, explotado, humillado y violado a medio mundo y solo hemos acogido a sirvientes, esclavos y millonarios de otros países, porque nos interesaba, así de sencillo.


¿Tiene derecho Italia a cerrar sus puertos a los migrantes?


Y poco más puedo añadir, solo que Fortuna nos ilumine..

sábado, 8 de febrero de 2014

Siempre estarán juntos




Juan se había levantado de buen humor, esa noche su cuerpo descansó realmente bien, fue al servicio y al sentarse en el retrete no pudo evacuar, no parecía tener nada que dejar allí.

Se miró al espejo y se frotó el rostro con la mano, en su cara vio algo especial, no le había crecido la barba e irradiaba luminosidad, estaba feliz y ninguno de sus músculos o huesos le llamo al orden esa mañana, parecía que a sus ochenta años le habían restado sesenta.

Recogió sus pantalones de la percha donde escrupulosa y metódicamente los dejaba colgados cada noche, la raya perfecta, grises de vestir, con una elegancia que nunca se pasa de moda, se puso su camisa blanca, luminosa;  a pesar de su edad, siempre le había gustado vestir bien, decía que era otra manera de conservarse joven y digno.
Recordaba que a su difunta esposa le gustaba lucirle cuando iban de paseo, él siempre iba muy tieso, chulo, (que no provocador u ofensivo), entonces ella se agarraba a su brazo, orgullosa de su marido; él, orgulloso de su mujer, como un pavo real, aunque lo ocultaba detrás de su pose seria, que no triste.
La echaba tanto de menos, su pasos por la casa, la preocupación que mostraba por sus hijos, sus conversaciones en la cama, su olor, su ropa..

Hacia un tiempo que había fallecido, pero su imagen permanecía nítida en su cabeza, como si no se hubiese ido, como si al abrir la puerta del estudio estuviese allí corrigiendo exámenes a los niños o leyendo al hijo mayor, (que de pequeño quería ser marinero), Moby Dick...y se reían cuando él decía que Alberto -así se llamaba su hijo- quería ser marinero por haberle leído ese libro de pequeño y ella le respondia que era al revés, que porque él quería ser marinero ella le leía el mejor libro del mar que jamas se había escrito. Nunca llegaron a ningún acuerdo en esa intima y feliz discusión.

Cepilló sus zapatos hasta casi poder ver su rostro reflejado en ellos, se dio el último vistazo de conformidad con el conjunto y salio a la calle a pasear.
Su antiguo oficio castrense le imponía el paseo como forma de relajar su espíritu y el andar, aparte de beneficios físicos, acomodaba los muebles de su intelecto. Fue a la cafetería de costumbre, pidió su habitual café corto y denso al mismo camarero de los últimos quince años. El mostrador de madera era cálido, en los golpes, las melladuras y el borde gastado  llevaba marcada su historia.

Sin haber comenzado su desayuno, vio a su mujer que le sonreía desde la ventana del bar mientras con la mano le invitaba a acompañarla. Presto a salir hacia donde estaba ella,  algo llamó su atención, con el rabillo del ojo observó unas letras impresas en el periódico local de esa mañana, señalaban su nombre y la hora de su entierro, había muerto la tarde anterior.

Salio del bar despidiéndose con una sonrisa de su amigo el camarero, verdadero "arreglador del país", echo un último vistazo al mostrador de madera que le había servido de apoyo para su periódico en los últimos años e intento aspirar por última vez el aroma del café corto caliente y espeso que le despertaba por las mañanas antes de ir a sus quehaceres...

No se despidió de sus hijos, su espíritu siempre estaría con ellos, cogió a su mujer le dio un beso con ternura y un escalofrío de placer recorrió su espíritu, seguía viva, la sentía completamente.
Ella le cogió del brazo como había hecho miles de veces y juntos fueron hacia la luz.
Fueron felices mientras se fundieron en una energía desconocida....

En un remoto pueblo de Asia, al mismo tiempo, una pareja de niños se asomó al mundo llorando, sus gritos de vida inundaron la estancia de la modesta familia e hicieron que abuelos y padres llorasen de alegría, a pesar de sus muchos esfuerzos y ruegos, no habían podido tener hijos, pero, al fin, Fortuna o su dios particular, les había proporcionado mellizos, un niño y una niña, dos espíritus a la vez y la VIDA inundó su casa.
La madre sudorosa por las existencias que había traído al mundo, exhausta tras el parto, dijo:

"Siempre estarán juntos".

Que Fortuna nos propicie VIDA.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Era Valiente...

 “Era valiente. Su gesto le define. Tenía un gran corazón. Estaba casado. Tenía dos hijos y dos nietos"
 Dice su cuñado.

Juan "el albañil" murió intentando salvar a una niña, al parecer la vio arrastrada por la riada y se echó al agua para salvarla.

Como se ve, todavía hay gente que emplea su vida para ayudar a la gente de forma desinteresada, sin salir en la foto, sin remuneración. 
Cuando ve como una niña se ahoga, Juan se lanza, creo que lo pensaría muy rápido, decidió que era lo correcto y al agua.

En una sociedad mercantilizada como la nuestra, un hecho como este no deja de causarme una agradable  sensación.

Siempre me gustaron los héroes, Juan, ya se ha ganado este puesto.
Mi respeto por don Juan Asensio, al que se le conocía como "El albañil".
Que Fortuna le trate bien donde quiera que se encuentre.






miércoles, 23 de diciembre de 2009

Para que sepan que no les olvidamos...

y

El otro día, ayer concretamente, vi al hijo de un amigo mio con su gorra... Su padre esta en silla de ruedas (accidente de trafico) y se me cayó el alma a los pies...
Somos muy afortunados, no lo dudéis ni un segundo...




Para los que no pueden ver las luces, pero si los sentimientos...
Que Fortuna os sea propicia y decid a la gente que la querréis, algunas veces podemos llegar tarde...