Una gallina ponedera se pasa su vida en un metro cuadrado, no conoce otra cosa y su pienso tiene colorantes para que todos los huevos sean del mismo color y tengan parecido sabor.
Un ternero de engorde, apenas ve la luz del sol y vive en un reducido espacio rodeado de sus excrementos (se los quitan todos los días, pero si fuese una persona ¿que opinaría la gente?) y le dan productos para que coja peso en el menor espacio de tiempo.
Un pato vive en un pequeño recinto y cada día le cogen del gaznate y le meten un tubo de más de medio metro para inflarle el hígado y tener más producción.
Pero ¿todo esto para que?, pues para que las fabricas de alimentos (ya no son granjas) saquen productos más baratos y así lo que antes era una forma de eliminar el hambre, se ha convertido en fabricas cuya producción tiene que ser vendida.
Alimentan una sociedad que desperdicia casi lo mismo que consume y que debe alimentarse de cosas baratas.
Somos caprichosos y queremos naranjas en verano y uvas en diciembre.
Para eso hemos declarado una autentica guerra al Medio Ambiente, un ejercito oscuro armado de insecticidas, herbicidas, hormonas y venenos, maneja la producción mundial de cereales, miles de especies desaparecen todos los años.
En vez de aprovechar los sistemas y navegar a favor del viento, nos empeñamos a ir contra el viento; el esfuerzo es grande y se gastan tantas energías en producir como lo que saca a cambio, haciendo antirentable la agricultura sin subvenciones.
Traemos y llevamos productos por todo el mundo, criando la diversidad en los supermercados en vez de en las fincas, es un sistema condenado al fracaso y que nos hace enormemente dependientes de los mercaderes, de semillas selecionadas, de fertilizantes, pesticidas y demás industrias que son necesarias para seguir manteniendo los monocultivos.
En las huertas antes se cultivaban infinidad de especies que se habían aclimatado a la zona a través de muchos años, los frutos eran variados para que la temporada de huerta fuese más larga, los árboles eran cultivados para que sus frutos fueran saliendo escalonadamente, ciruelas, cerezos, perales, manzanos y nogales nos proporcionaban fruta todo el año y la que no, era traída de sitios más o menos cercanos.
Era una agricultura inteligente y practica, respetuosa, en la que no era necesario gran cantidad de sustancias ajenas, el abono, basura orgánica que no creaba ningún problema medioambiental.
Ahora no, ahora las manzanas perfectas no saben a nada, los tomates brillantes y sin macula parecen de cartón, los embalajes sustituyen al sabor, el mercado ha sustituido la variedad y el sentido común por un catalogo de productos mundiales en los que prima su conservación y su presencia.
Naranjas de Valencia con origen Argentina. |
Quizás estaría justificado si no hubiese gente en el mundo que pasase hambre, pero no es el caso, en muchas ocasiones, los latifundios de los operadores mundiales de frutas condenan a hambre a más gente de la que alimentan al desplazar la agricultura tradicional que alimentaba a la población de forma practicamente gratuita por inmensos monocultivos, transformando miles de agricultores que casi se autoabastecian en empleados pobres que tienen que comprar en mercados y tiendas con los escasos ingresos que les dejan.
Lo mismo pasa con los agricultores y ganaderos, que son pasto de los mercados al tener solo un producto y un excedente asegurado, quedándose los rendimientos en quien lo vende, no en quien produce...
Me gustaría decir que soy inocente, pero no, yo también consumo cosas fuera de temporada y también soy una pieza necesaria de este estúpido sistema, aunque cada día menos, la verdad.
Cada día me fijo más en que los productos que compro no hallan viajado miles de kms, procuro comprar fruta de temporada, pido la carne cercana y estoy por poner un mar interior en Castilla con puerto olímpico en mi pueblo (como soy político, ejem) para comer pescado.
No bastara, como me dicen muchos, con que yo solo lo procure, pero me siento bien haciéndolo, minimizando mi impacto, comprando lo necesario no lo que es barato; al fin y al cabo y bien mirado, no deja de ser estúpido comer espárragos de China teniendo Navarra a doscientos kilómetros, por mucho que los mercados digan lo contrario...
Que Fortuna nos alimente
Lo comentaba con mi mujer a la hora de la comida, tenemos cerezas o fresones todo el año y eso no es normal, ni debería ser isa, es un gastos enorme de logística que habría que ahorrarse.
ResponderEliminarHoy hemos comido pollo rustido que sobró el día de reyes, pero era un pollo de 4 kilos no uno de esos a l'ast. Y de eso se trataría de comer lo que hay cerca de uno y a su tiempo.
Francesc, parece que en el fondo hemos coincido en las entradas. se trata de consumir de forma normal, no de esta quimera en la que nos han o nos hemos metido, sin quererlo o con el cebo de nuevos ricos...
ResponderEliminarLa entrada de Francesc que es complementaria a la mía...
ResponderEliminarYo soy de los que odian los supermercados en los que aunque sólo necesites 3 filetes te tienes que comprar 6 u 8 porque en el envase no vienen menos. En cambio adoro las tiendas de toda la vida dode pides la cantidad justa que necesitas ademas de encontrar una calidad que los supermercados, simplemente, no comtemplan.
ResponderEliminarAdemás los latifundios monocultivo ayudan mucho a las plagas. El cultivo tradicional es el mejor plaguicida, al alternar campos de varios cultivos. Pero nos empeñamos en ir contra natura, en ser modernos en lugar de inteligentes. Que me digan lo que quieran, pero los tomates imperfectos del huerto de mi padre le pegan 15000 patadas a esos redondos, brillantes y todos igualitos que me quieren vender en el super.
ResponderEliminarCuando estudié cómo ponen etileno para alterar la maduración y poder trasladar la fruta miles de km para luego hacerla madurar de golpe cuando a ti te de la gana sólo podía pensar que nos habíamos vuelto gilipollas, y que eso muy sano no puede ser.
Tú solo no producirás impacto, pero si nos concienciamos todos (o un número significativo)... Por lo menos la gente va teniendo más información y preocupándose más.
Un beso, y gracias por estas entradas tan necesarias.
Y voy a la frutería , y miro un saco de naranjas de tres kilos. Me va bien. No pone precio y me mosqueo. Señorita por favor ¿ a qué precio es el saco ? - a dos euros con cincuenta , me responde. -¿ Cómo que tan caras si Valencia la tenemos a tiro de piedra ?- No son de Valencia....son de Nueva Zelanda ...¡ Coño ¡ respondí sin miramientos, ¿ y para que cojones tenemos naranjas del las Antípodas si tenemos todo el litoral catalán, Amposta, Sant Carles, Sant Jaume d´Enveja, Sant Cojones -esa fue mí expresión- y todos los santos del calendario ? , y la señorita me dijo impasible : - eso mismo digo yo, pero como son guapas...se venden. Vale...fue mí respuesta..y me fui a unas que ponían de Valencia y que si, que esta vez llevaban precio, a 0´99 el kilo...y que tampoco me parecieron económicas, por cierto. salut
ResponderEliminarDesastre los supermecados son para los detergentes y esas cosas, para comer hay que mirar bien donde y que comes. Pues te puedes comer cualquier cosa...
ResponderEliminarNuria, somos noostros los que debemos cambiar y seguir las temporadas, antes se hacia y ahora se puede hacer, es lo normal cuando de comer se trata. Los monocultivos son un asesinato natural, eso esta demostrado, necesitan mucha industria para ser efectivos...
ResponderEliminarMiquel, el problema de las naranjas de Valencia es que al agricultor se las pagan a 0,10 y a ti a un euro, sorprende la cantidad de intermediarios que existen en la alimentación. ¿No ves raro que halla naranjas de Nueva Zelanda más baratas que las de aqui? ¿porque?
ResponderEliminarTodos estamos estabulados produciendo a diestro y siniestro para el gran capital.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con todo lo que has escrito y también creo que las alternativas nunca serán globales ya que eso no interesa. Las cooperativas de consumo y producción están haciendo mucho para cambiar los hábitos de la gente concienciada que siempre será una ínfima minoría. Lo malo es que lo ecológico, lo que antes sería simplemente natural, no deja de ser un producto y como tal una marca más para la venta. Una alimentación puramente natural para alguien que no viva en el campo solo es posible para los privilegiados que económicamente se la pueden permitir.
ResponderEliminarEs verdad TEMU, todo verdad, pero al contrario de lo que parece le ha ocurrido a MIGUEL, resulta que los plátanos de sudamérica a miles de km, son más baratos que los de Canarias que como además tienen manchitas negras, los tontos rematados miran con reparo, aunque sean el doble de ricos. Las naranjas de Marruecos son más baratas que las valencianas, las fresas en diciembre en el súper, son más baratas que las de temporada en el mercado y si quieres comprar un huevo ecológico, tal cual cuenta el DR KRAPP debes pagarlo al triple del precio de uno normal. Todo se ha vuelto tal locura que yo ya he tirado la toalla, lo reconozco. Nunca me ha gustado comprar y además, soy un desastre, las pocas veces que hago la compra voy a toda pastilla, raro es el día que no llego con los yogures caducados por no fijarme. Menos mal que vivo en un pueblito y aun me llegan Sra encantadoras con sus pollos de casa, sus huevos y sus lechuguitas ricas de regalo, al menos sé que de vez en cuando no como veneno ;-)
ResponderEliminarMuchos besos recién cortados de la huerta. Feliz semana.
Tracy, esa si que es una buena definición... me la apunto...
ResponderEliminarKrapp, creo que se puede llegar a un punto medio, consumir lo más cercano y que ademas la economía de haga más cercana a todos. Las fruterías siguen vendiendo la fruta de temporada, tan solo se trata de no comer cosas fuera de temporada o minimizar dichas compras...
ResponderEliminarMaria yo hago el grueso de las compras en mi casa y tampoco me gusta ir de compras, voy compro lo que tengo pensado y me piro vampiro...
ResponderEliminarNunca entendi eso de "ir de compras", la verdad...