¡El mundo esta desquiciado! ¡Vaya faena, haber nacido yo para querer arreglarlo!"

 El mundo es fugaz, y extrañar no debe
que nuestro amor mismo cambie con la suerte,
 pues al juicio nuestro queda la cuestión:
 si amor guía a fortuna o fortuna a amor.
Cuando el grande cae, sus íntimos huyen;
no tendrá enemigos el pobre que sube.
El amor, por tanto, sirve a la fortuna,
y para el pudiente amigos abundan;
pruebe a un falso amigo quien sufra escasez
y un gran enemigo pronto ha de tener.
Mas, para acabar donde he comenzado,
deseo y destino corren tan contrarios
que nuestros designios siempre se deshacen:
la intención es nuestra, mas no el desenlace.
 (Texto de Hamlet de William Shakespeare).

Si amigos hemos perdido es que no los teníamos, malos amigos son los que juzgan por apariencia y por status; buenos son los que prodigan sonrisas en tiempos adversos. Así que amigos no perdimos, ya que nunca los tuvimos.

Siempre he pensado que generar pensamientos positivos propicia que nuestros deseos se cumplan; fácil es decir esto y menos fácil es realizarlo.

Sin embargo lo que esta claro que revolcarnos en la dejadez y quejarnos nunca ha solucionado nada.
No podemos encontrar la superación personal si no la buscamos...

Si bajamos la vista, lo más posible es que nos caigamos.
Subir la mirada para ver más lejos, es condición sine qua non...
Para andar bien, lo primero es saber a donde quiere uno ir...

 Unos han dicho:

  No sé si estoy en lo cierto
 lo cierto es que estoy aquí 
 otros por menos se han muerto...

Shakespeare diría...

 "¡El mundo esta desquiciado! ¡Vaya faena, haber nacido yo para querer arreglarlo!"

 Que Fortuna nos sea propicia.