Caperucita Roja camina por el bosque, como suele. Va muy contenta, dando saltitos con su cesta al brazo, porque, gracias a que está en paro y es mujer, emigrante rumana sin papeles, magrebí pero tirando a afroamericana de color, musulmana con hiyab, lesbiana y madre soltera, acaban de concederle plaza en un colegio a su hijo. Va a casa de su abuelita, que vive sola desde que su marido, el abuelito, le dio una colleja a Caperucita porque no se bebía el colacao, ésta lo denunció por maltrato infantil, y la Guardia Civil se llevó al viejo al penal de El Puerto de Santa María, donde en espera de juicio paga su culpa sodomizado en las duchas, un día sí y otro no, por robustos albanokosovares. Que también tienen sus necesidades y sus derechos, córcholis. El caso es que Caperucita va por el bosque, como digo, y en éstas aparece el lobo: hirsuto, sobrado, chulo, con una sonrisa machista que le descubre los colmillos superiores. Facha que te rilas: peinado hacia atrás con fijador reluciente y una pegatina de la bandera franquista, la de la gallina, en la correa del reloj. Y le pregunta: «¿Dónde vas, Caperucita?». A lo que ella responde, muy desenvuelta: «Donde me sale del mapa del clítoris», y sigue su camino, impasible. «Vaya corte», comenta el lobo, boquiabierto. Luego decide vengarse y corre a la casa de la abuelita, donde ejerce sobre la anciana una intolerable violencia doméstica de género y génera. O sea, que se la zampa, o deglute. Y encima se fuma un pitillo. El fascista. Cuando llega Caperucita se lo encuentra metido en la cama, con la cofia puesta. «Que sistema dental tan desproporcionado tienes, yaya», le dice. «Qué apéndice nasal tan fuera de lo común.» Etcétera. Entonces el lobo le da las suyas y las de un bombero: la deglute también, y se echa a dormir la siesta. Llegan en ésas un cazador y una cazadora, y cuando el cazador va a pegarle al lobo un plomazo de postas del doce, la cazadora contiene a su compañero. «No irás a ejercer la violencia -dice- contra un animal de la biosfera azul. Y además, con plomo contaminante y antiecológico. Es mejor afearle su conducta.» Se la afean, incluido lo de fumar. Malandrín, etcétera. Entonces el lobo, conmovido, ve la luz, se abre la cremallera que, como es sabido, todos los lobos llevan en la tripa, y libera a Caperucita y a su provecta. Todos ríen y se abrazan, felices. Incluido el lobo, que deja el tabaco, se hace antitaurino y funda la oenegé Lobos y Lobas sin Fronteras, subvencionada por el Instituto de la Mujer. Fin.
Este cuento tan políticamente correcto, no lo he escrito yo. Lo escribio Don Arturo Perez Reverte, se lo he "fusilado" aprovechándome de su generosidad, al publicarlo libremente. Esta dentro del articulo que os he enlazado, creo que con pocas personas tendre tan parecidos puntos de vista como con Don Arturo. He leido sus libros (me falta el último, que ya he comprado pero no empezado) y sigo sus Patentes de Corso, todas las semanas. Se le podrán criticar muchas cosas, pero una de ellas no sera que no habla claro...
Mi aportacion es la Caperucita de arriba, que me pareció una chica muy maja y de conversación agradable, la seleccione después de unas rigurosas pruebas en las que no discrimine a caperucitas, caperucitos, solysombras y mediopensionistas...
Mi aportacion es la Caperucita de arriba, que me pareció una chica muy maja y de conversación agradable, la seleccione después de unas rigurosas pruebas en las que no discrimine a caperucitas, caperucitos, solysombras y mediopensionistas...
Que Fortuna os sea Propicia....
joder que bueno!!! pensaba que lo habías escrito tu, y eras un artista!!! si, Reverte al menos habla claro.....
ResponderEliminarNo lo he escrito yo, desgraciadamente, pero tengo en mente algunos otros que escandalizarían mucho más. Reverte es escritor y de los buenos...y si, habla muy claro....
ResponderEliminarY un poco gilipollas, o un mucho. Reverte, digo
ResponderEliminarTemu, lo anterior dicho con todos mis respetos a las personas que le guste el Reverte ¿eh?
ResponderEliminarAyyy Arturo Perez Reverte. Que me gusta a mi su artículos en el Diario. Me acuerdo de uno que emuló a Robin Hood para hablar de algo que le sucedió y presenció en el aeropuerto a un chico que iba en la cola de los pasajes antes que él.
ResponderEliminarEvidentemente respeto a las personas que no le gusten este autor. Vivimos en Democracia, ¿no?.
Que fortuna nos acompañe y nos guie
Temu, pienso, y bien lo sabes, que Perez Reverte forma parte de ese selecto grupo de personas -al que tú te adscribes- que piensa que para cada problema complejo hay una solución simple, que por supuesto suele ser errónea.
ResponderEliminarTienes además la virtud de entusiasmarte con toda la gente que habla claro, aunque lo que digan sean patochadas y estupideces, sicho sea con el mayor de los respetos por los seguidores del académico de la lengua, sacerdote aficionado a repartir ruedas de molino para que os las comulguéis con fruición.
Buen día.
Á mí me gusta como escribe. Hace lo que quiere con las palabras. He leído creo que 3 libros suyos y me han gustado. "La piel del tambor" me entusiasmó. Pero es un pre-potente insufrible el menda. No le soporto.
ResponderEliminarBesos de lunes, Temu.
Hitos ¿porque?, ¿Porque es gilipollas?. Para mi es una persona que escribe muy bien, que se preocupa de transmitir bien el idioma, que habla de Historia y de Cultura en esta incluye a escritores clásicos a los que recomienda leer. Sinceramente creo que no habéis leído mucho a Don Arturo. Sin embargo, es vuestro derecho...y vuestra perdida.
ResponderEliminarCreo que es la primera vez que vienes por aqui...
Bienvenida digo..
ResponderEliminarPegasa, soy asiduo de sus Patentes de Corso y mi difunto padre las coleccionaba, aunque vienen recogidas en un libro. No dejan indiferente a casi nadie y eso es bueno.
ResponderEliminarPues si, soy de ese "selecto" grupo de personas que piensa que la mayoría de las cosas tienen soluciones simples. Es más estoy seguro de ello, digo la mayoría que no todas; las restantes se solucionan cogiendo muchas simples, ordenándolas con simpleza y aplicándolas con simpleza.
ResponderEliminar" aunque lo que digan sean patochadas y estupideces..." En ese menester oigo tantas al cabo del día...
Yo no creo que sea así, patochadas y estupideces es por ejemplo llamar miembra a un miembro de SEXO femenino o poner clases a la violencia (cuando toda ella es mala) y encima publicar en una orden ministerial una patada al diccionario, eso, Pepe eso si es una patochada y un gilipollez.
Hablar de nuestra Historia y sentirse orgulloso de quien eres y de la herencia de tu pueblo, no es una patochada ni una gilipollez.
Novicia, me alegra mucho que te guste su literatura, de su persona física, no le conozco y no puedo hablar...
ResponderEliminarJoe, Temu no es la primera vez que dejo algo dicho en tu casa. Pero bueno, es mi sino, ser transparente ¿qué será de mi cuando llegue a esa edad en la que las mujeres no se ven? si a la mia ya lo soy.
ResponderEliminarSobre el tema del Pérez Reverte, hablo con conocimiento de causa. Le he leido a mis hijos "Las aventuras del capítán Alatriste" incluso me pongo la camiseta que venía en el pack (cuyo lema es "No queda sino batirnos") a ver si con eso se animaban a la lectura. Se animaron a que yo les leyera.
Mis manías comienzan con "Ptente de Corso" creo. Cuando le leí que no hay mujeres guapas, que las estupendas eran de no se qué época ¿quién carajo es este señor para decir tal cosa? y se quedó como el que se tragó el cazo.
A partir de ahí ya no solo nos ilumina con discernir cual es la belleza en la mujer, también nos indica el camino de quien puede ser político y quien no... vamos, que se cree que está por encima del bien y del mal, en total posesión de la verdad.
Lo dicho Temu; desde mi punto de vista, un gilipollas.
ResponderEliminarHay dos periodistas a los que admiro y a los siempre suelo encontrar acertadísimos sus comentarios. Su forma de escribir es muy diferente pero los dos merecen mis atenciones. Uno, como es imaginable, es Reverte y otro Ignacio Camacho.
ResponderEliminarAdemás hay otro detalle que avala mi opinión y es cuando en el blog de Anasgasti le ponen a parir (a Reverte) como está ocurriendo estos días, quiere decir, sin posibilidad de error, lo acertados que son sus comentarios. Si estas gentes peneuveres le aplaudieran...malo, malo.
Un cordial saludo.
Hitos, en ese articulo precisamente y si no recuerdo mal, criticaba los cánones de belleza actuales. Se metía con los estereotipos actuales de mujeres extremadamente delgadas y reivindicaba que una mujer rellenita también podía ser bella. Para lo cual recordaba como una mujer siglos atrás, si estaba un poco más gruesa de lo normal, no dejaba de ser atrayente...sino más bien todo lo contrario. Creo que le interpretaste mal, sinceramente. Cuando tenga más tiempo buscaré el articulo...
ResponderEliminarAlvaro, que has tocado fibra Anasagasti un tio que no sabe llevar con dignidad, ni su pelo...
ResponderEliminarSon las otras miradas...
ResponderEliminarSergio cada uno mira lo que quiere y utiliza su propia mirada...
ResponderEliminarPara Hitos: No he encontrado la carta, pero la buscaré mientras te dejo esta otra...si te parece gilipollas lo dices...
ResponderEliminarPermítame un consejo, caballero. Si se tropieza con un fulano que le está dando una felpa a su legítima, o sucedáneo, piénselo dos veces, incluso tres, antes de meterse en jardines. Estoy de acuerdo en que esas cosas no deben tolerarse. Admito, además, que no permiten reflexión previa, pues actúa el piloto automático. Todo depende de la casta y virtud de cada cual. En principio, ante tales situaciones se es un mierdecilla o un tío decente. Ésa es la teoría ética. Pero estamos en España. Si defiende a señoras maltratadas, sepa a qué se expone. Una juez de Vigo nos lo recordó hace unas semanas, calzándole 3 meses de cárcel y 15.550 euros de multa a un joven de allí. Éste había cometido la ingenuidad de impedir que un pavo maltratase a su pareja. Le afeó la conducta y recibió un cabezazo. Entonces se lio la pajarraca, y el defensor de la moza le dio al otro una patada en la cara, rompiéndole la mandíbula.
Lo instructivo no es que el juicio se haya celebrado tres años después, ni que la defendida -como es frecuente- defendiera al que le zumbaba, en plan soy de mi Paco y puede darme hasta con la hebilla, si quiere. La lección cívica del asunto reside en que la juez, aun admitiendo que la defensa fue oportuna y que el primer leñazo lo sacudió el maltratador, empitonó al defensor de doncellas pese a que la sentencia reconocía que su reacción inicial «fue legítima», que el otro le dio el cabezazo «con ánimo de menoscabar su integridad física» y que el joven largó la patada «para repeler la agresión y evitar que continuase». Pese a lo cual, la juez estimó que la patada en el careto fue, sin embargo, «un exceso defensivo que no puede estar ya justificado por una notoria desproporción en el mismo». Dicho en cristiano, que el joven tenía que haberse defendido, pero menos. Con la puntita nada más. Dando unas pocas bofetadas con la mano abierta, o con unos calculados puñetacitos en el hombro. Una pelea civilizada, vamos. Políticamente correcta. De esa manera, el otro, acojonado, habría dejado de darle cabezazos. Seguro.
Me va a perdonar la juez de Vigo. De tribunales sabrá mucho, pero de peleas no tiene ni puta idea. Tampoco es que yo sea un experto. Me apresuro a matizarlo, por si acaso. Siempre fui -lo juro por el cetro de Ottokar- un cruce de osito Mimosín, Bambi y conejillo Tambor. Más o menos. Pero cualquiera que haya visto atizarse de verdad a dos tíos -la calle no es el cine- sabe que cada cual se las arregla como puede, y una vez metido en faena no anda calculando con qué da y dónde lo hace. La defensa con manos desnudas sólo es excesiva o desproporcionada si te ensañas cuando ya tienes al otro en el suelo. Mientras, se pelea para tumbarlo, con la sangre caliente y con la pericia y el coraje disponibles, procurando dejar fuera de combate a un adversario que, mientras colee, se revolverá contra ti. Y eso es lo que hay que evitar: que colee. Hasta ahí es razonable. Cuando se esparrama de tú a tú, con dos jambos dándose estiba, la desproporción viene si uno de ellos echa mano de herramientas que desequilibran la cosa, como un objeto contundente o una navaja empalmada. E incluso en tales casos lo desproporcionado es relativo. No es igual vérselas con uno de tu misma edad y calibre, que ser un tirilla de sesenta kilos delante de un animal de dos metros de largo por uno de ancho, o tener que zafarse de cuatro o cinco que te están breando o te van a brear. Ahí, a veces hay que echar mano a algo: una silla, una botella. En cualquier caso, y con permiso de la juez de Vigo, del Código Civil y del Código Da Vinci, lo aconsejable siempre es madrugar. Ser rápido, brutal y eficaz en la medida de las posibilidades que ofrezca tu forma física y tu propio cuerpo. Tu edad y tu destreza. Quien pelea lo hace para ganar, no para que lo inflen, si puede evitarlo. Si no, lo mejor es no meterse. Así que ya me dirán ustedes, en ese contexto, si va a andar uno calculando dónde pega la patada, si el golpe lo da con el puño o con la palma, si la fuerza que aplicas al leñazo que consigues colocarle al otro para menoscabar su integridad física es proporcionada, o si vulnera el artículo 33, apartado 48 bis, de la ley integral de Hostias Callejeras.
ResponderEliminarResumiendo: cuando ayudas a una mujer, asumes una posible pelea. Y, de igual a igual, ésta no hay forma de ganarla si no es rompiéndole la cara al otro. Así que en Vigo han hecho mal tercio a las maltratadas y a los pardillos que aún las defienden. La letra de la Ley es imperfecta, y el sentido común de quienes juzgan debe templar sus errores y lagunas. Puesto que a ningún maltratador se lo disuade con palabras o una simple bofetada, la sentencia de Vigo sitúa el problema en un punto imposible. O te dejas machacar y pierdes la pelea, como el profesor Neira, o te buscas la ruina si la ganas. Hagas lo que hagas te la endiñan, y sólo aplauden si entras en coma. Eso es un disparate. Uno más de esta absurda Justicia nuestra, que siempre privilegia al canalla sobre las personas decentes. Quizás algunos jueces deberían darse una vuelta por la calle. Por la vida.
¿es esto una gilipollez?...
Yo creo que no, y como estos artículos tiene muchos...
Mira TEMU, sabes de sobra que te aprecio y mucho, pero sinceramente, a veces, pareces un brabucón de esos de las mangas remangadas, como tu querido amigo Reverte.
ResponderEliminarYo no puedo opinar de él como escritor, porque creo que no he leido nada suyo, entero desde luego, sé que no. Le escuchaba cuando era corresponsal de guerra y alguna vez he visto los enlaces que ponéis de su creo blog, y sinceramente TEMU, es un prepotente, se llena la boca, enmendando la plana a todo hijo de vecino con unas formas que dejan mucho que desear en mi opinión. Y no digo que a lo mejor en su esencia su idea sea buena, e incluso razonable lo que pretende defender, pero lo hace tan a lo bestia y llevánose todo por delante, que al final al menos para mi, lo pierde todo.
El cuento de caperuzcita, será todo lo simpático e ingenioso que quieras, pero xenófobo donde los haya y animal a más no poder. Lo que cuentas de la sentencia esta, sin discutirte lo criticable que sea el veredicto, vuelvo a decirte lo mismo, no puedes ir por la vida partiendo la boca al personal por mucha razón que tengas y si lo haces, ya sabes lo que hay.
Con las sentencias, ocurre como con los resultados en medicina, hay que conocer el historial del paciente, si sólo sabes una parte de la película, te puedes equivocar seguro, casi siempre.
Y una sentencia, es sólo el final de una película, recuérdalo.
Hoy me vas a odiar TEMU jajaja porque también te he dejado un recadito en casa de Hitos, no te enfades mucho conmigo, porfa...que hoy aquí está lloviendo a mares y me aburro ;-)
Muchos besos, mi querido guerrero
PD
¿sabes que he contestado a un blog, cuyo dueño me consta no te gusta demasiado y sin embargo, ni te imaginas cómo coincidís ambos? hoy incluso en vuestra devoción por Reverte. Seguro que si os tratáis un poco más, seríais hasta buenos amigos, fíjate lo que te digo ;-)
Amo a Reverte. Mucho.
ResponderEliminarUn besico.
Maria de mis amores....Los bravucones (Con v la segunda, te he pillado) son bravucones, eso es una cosa y otra muy diferente, es llamar las cosas por su nombre, sin dobleces y sin ambigüedades...Ocurre que en este país en el que vivimos, el lenguaje o la lengua ha cambiado a peor en los últimos años y hace falta poner un poco de concreccion ante tanta gilipollez como vemos todos los días.
ResponderEliminarNo quisiera que a ti te atracasen en medio de una calle, que la gente lo viese y mirase a otro lado, yo quisiera que si te atacasen hubiese a tu lado alguien que lo impidiera y si el otro, se pusiese bravo le partiese la cara y esto te lo deseo a ti y a todo el mundo que aprecio.
¿Es mejor que el individuo en cuestión pegase a su mujer libremente, con el beneplácito del personal circundante?. En fin eso para mi es, con perdón, una autentica tontería. Estoy seguro que el agresor se cuidará muy mucho de pegar a su mujer.
Cuando veo sentencias como esa, me acuerdo de otra "La Justicia en este país es un cachondeo..."
Me gusta ver tu hermoso ojo por aqui...Sara...
ResponderEliminarTemu, el escrito que presentas me parece una alegoría de la violencia. Un querer demostrar el dominio y manejo del lenguaje barriobajero y no conseguirlo y un denostación de la mujer (la frase como es frecuente defendiera al que le zumbaba, en plan soy de mi Paco y puede darme hasta con la hebilla, si quiere no tiene desperdicio) Visto esto me reafirmo en lo necesario del ministerio de igualdad. Si un señor que se considera culto y formado puede reirse de esta manera del maltrato...
ResponderEliminarMaria, en estos días me veo muy cerquita de ti, como que te entiendo mucho mejor.
Hitos hay muchas mujeres que defienden (tristemente por cierto) a maridos que las pegan.A mi esto me pone del hígado y creo que a Don Arturo también. No veo que el Ministerio famoso haga algo por esto, la verdad. Creo que mal interpretas a Don Arturo, sinceramente, creo que no coges su ironía y su denuncia. No se ríe del maltrato....Un saludo...
ResponderEliminarEs que el mayor problema es despegarse del maltratador. Esas defensas de las que se rie el Reverte es un síntoma importante de la dependencia de la maltratada. A mi no me hace ninguna gracia ironizar sobre esto.
ResponderEliminarHitos, Reverte no se ríe de esas defensas, las evidencia, que es diferente. Ridiculiza esa defensa del maltratador (yo les suelo llamar cabrones directamente). Porque es ridícula, tristemente y lamentablemente ridícula. Fruto de ignorancia y opresión de años y una autentica vergüenza para la sociedad.
ResponderEliminarTengo dos hijas, muy guapas (habrán salido a la madre, digo yo). Me las imagino si un pajarraco indecente de este tipo las pone la mano encima, y se me sube la bilis....
No entiendo a la gente que no cuestiona a los maltratadores, ¿no tienen hijas o madre o hermanas?.
Soy firme defensor de la igualdad de oportunidades para todos, la idea de que mujeres y hombres son iguales me parece una chorrada, pues no lo somos, pero defenderé siempre que mujeres y hombres tengan IGUALES oportunidades para todo (política, trabajo, ejercito, señores de la limpieza etc, etc, etc,). NO somos iguales, ni falta que hace, pero debemos tener los mismos derechos y las mismas obligaciones. Tambien me pone malo las denuncias falsas, que son muchas y dos de ellas cercanas. Quitan medios y esfuerzos de donde hacen falta a otros sitios...UN saludo
Llego un poco tarde, Temu, ya sé, pero he leído el cuentillo y me ha gustado: denuncia muy bien la absurda sociedad garantista en la que estamos cayendo por mor de una progresismo de postal, hueco y vacío. Yo no soy un devoto de Arturo, pero a veces atina y creo que esta caperucita es una de ellas. Saludos.
ResponderEliminarCaperucita es una denuncia, quien quiera ver que vea y el que no quiera ver que no vea....
ResponderEliminarA mi el Reverte es que me parece un tando vanidoso y va de gran divo, su mujer es de Huesca, antes hacia sociedad, ahora es que esta por encima de lo divino y lo humano.
ResponderEliminarGenial, Don Arturo.
ResponderEliminarYo también lo sigo en su Patente de Corso.
Dr. Mikel a mi me gusta como escribe en fondo y forma. Su vida personal me la trae al pairo...
ResponderEliminarDr. Mikel a mi me gusta como escribe en fondo y forma. Su vida personal me la trae al pairo...
ResponderEliminarTesa bienvenida, yo tambien espero sus "Patentes de Corso". Su titulo ya lo dice todo..."quien quiera entender, que entienda..."
ResponderEliminar