viernes, 15 de junio de 2012

Poesia de Miguel Hernandez.



Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.


 Nunca me gusto la poesía, pues a nadie puede gustar cosa que desconoce, sin embargo, estoy empezando a leer poesías como estas...
Puede ser que, al final, la lucha que sostengo contra mi incultura valga la pena, pues encuentro textos como estos que animan a pensar y alimentan el espíritu...

Que Fortuna alimente nuestros espíritus...

15 comentarios:

  1. Nunca te he dejado un comentario, auque te leo con gusto. Me alegra mucho que estés entrando en el ámbito de la poesía; siempre ha sido mi mayor pasión. Miguel Hernández será una buena vía de entrada para ti, creo, y me voy a permitir recomendarte a César Vallejo. Yo tardé mucho en entenderlo, porque empecé leyendo muy joven "Trilce", que es un libro difícil para un niño. Tal vez te gustará si empiezas por el libro "España, aparta de mí este cáliz". Y como primer poema, busca uno que se llama "Masa". Estoy seguro de que te va a gustar. Ya me dirás si me equivoco.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. A mí me emocionaba en mis tiempos de compromiso político otro de los poemas de Viento del pueblo al que pertenece este que ha recogido. Era la Canción del esposo soldado. La cantaba un dúo amigo y cada vez que la oía me estremecía y sentía escalofríos. Pensar en que hubo un poeta como Miguel Hernández me hacía sentirme orgulloso del pasado de este país. Solo la política -en un tiempo- y la fe en un futuro socialista ha sido capaz de estremecerme y hacerme llorar. Es ingenuo e irrecuperable, pero fue así. Cuando oí el último mensaje de Allende antes de morir (dicen que suicidado) sobre las amplias alamedas que se abrirían en el futuro a los seres humanos, rompí en llanto incontenible. Nada ha sido capaz de conmoverme así del mismo modo que los poemas de Miguel Hernández tocan fibras íntima de mi ser. Tuve como profesor en la universidad a uno de los más destacados especialistas en su poesía.

    Que el viento del pueblo vuelva a soplar.

    ResponderEliminar
  3. Con tu permiso, quisiera comentar las palabras de Joselu.
    Joselu, cómo me desazona el que pienses en el comunismo como algo "ingenuo e irrecuperable". No consigo entender el proceso de tu conclusión. Yo veo que tanto la razón como las emociones me colocan como admirador de aquel Allende que citas. De acuerdo en que los ejemplos españoles no son auténticos en nuestros días, pero las ideas justas ni son ingenuas ni mueren. No consigo entenderte.
    De cualquier modo, un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Has tenido un buen empiece MIGUEL Hernández es uno de los grandes y que escribía con la rabia que lo hacía único.
    Seguro que la poesía no te dejará de su mano y te llevará a través de muchos poetas comprometidos e ilustres.

    ResponderEliminar
  5. Muy oportuna. Pero empiezo a pensar que sí somos tierra de bueyes...
    Una vez empiezas con la poesía es difícil dejarla. Yo empecé tardisimo.

    ResponderEliminar
  6. Como dice Luis Pastor, donde están los cantautores

    http://youtu.be/paDKGl9uLVE

    ResponderEliminar
  7. Animal, pues bienvenido tu comentario. La verdad es que me queda mucho recorrido para aprender a escribir, para leer tambien. Son tantas las cosas que desconozco, que muchas veces no se por donde empezar, la verdad, pero me apunto a Vallejo, mi primer contacto con la poesía ha sido Machado y luego este, continuaré. Gracias.

    ResponderEliminar
  8. Joselu desconocía la ultima alocucion de Allende a Chile, pero la he leído y destila fuerza y fé. Sabia que el proceso militar seria devuelto y que al final la gente volvería, como así ha sido, ha volver a ser libre.
    Sinceramente hecho de menos esta fé en la sociedad española, no se si fruto de la desesperación o de la vagancia.

    ResponderEliminar
  9. Nuria, yo si que he empezado tarde, pero poco a poco creo que le iré cogiendo gusto, son tantas las cosas de las que me gustaría conocer más

    ResponderEliminar
  10. Tracy, a mi me gusta escribir (con mejor o peor fortuna) con las "tripas", no lo veo de forma eterea, no me gustan los "pichafrias" y odio a los asepticos. Por eso creo que nunca triunfare en el sistema actual, aunque bien pensado, a lo mejor ni me interesa...

    ResponderEliminar
  11. Juan Antonio, han desaparecido del mapa, tal vez solo quedan Sabina y Serrat. Los otros han sido engullidos por el capitalismo y la SGAE

    ResponderEliminar
  12. Por cierto, has leido "Amor, rebeldía, libertad y sangre" de Manolo Chinato? Yo empecé con ese, creo que te gustaría. Hace años Extremoduro y Platero y tú les pusieron música y voz a algunos de sus poemas en el disco "Poesía básica" (Extrechinato y tú).
    No es poesía al uso, pero es increible.

    ResponderEliminar
  13. El pueblo

    El pueblo es un viejo tozudo,
    es una muchacha sin novio,
    es un pequeño comerciante en descrédito,
    es un pariente con quien reñirnos hace mucho tiempo.

    El pueblo es una bochornosa tarde de verano,
    es un castillo sobre la arena,
    es la lluvia fina de noviembre.

    El pueblo es cuarenta años de subirse a los andamios,
    es la breve ansiedad del domingo por la tarde,
    es la familia como base de la sociedad futura,
    es el conjunto de sus habitantes, etc., etc.

    El pueblo es mi esfuerzo y vuestro esfuerzo,
    es mi voz y vuestra voz,
    es mi pequeña muerte y vuestra pequeña muerte.
    El pueblo es el conjunto de nuestro esfuerzo
    y de nuestra voz
    y de nuestra pequeña muerte.
    El pueblo eres tú y tú y tú
    y toda la gente que no conoces,
    y tus secretos
    y los secretos de los otros.
    El pueblo es todos,
    el pueblo es nadie,
    El pueblo es todo:
    el principio y el fin,
    el amor y el odio,
    la voz y el silencio,
    la vida y la muerte.

    Miquel Martí I Pol .Versión de Adolfo García Ortega.


    Otro para la colección.

    Es de un foro en el que entro. Hay un hilo de poesía muy chulo.

    Un beso, Temu. Y buena semana tengas.

    ResponderEliminar
  14. Nuria, el libro no lo he leido, el disco si lo he escuchado, esos dos me gustan mucho.....gracias...

    ResponderEliminar
  15. Vero, gracias por la aportacion merece la pena... Un beso guapa...

    ResponderEliminar

Piensa como piensan los sabios, más habla como habla la gente sencilla. Aristoteles (384 AC-322 AC). Filósofo griego.