Lo hermoso de las bibliotecas, de los libros, es que éstos son como las cerezas. Tiras de uno, y éste arrastra a otros, a los que acaba por llevarte de modo inevitable. Se tejen así maravillosas relaciones, a veces en apariencia imposibles; vínculos entre situaciones o cosas cuyo principal hilo conductor eres tú mismo. A veces, sin embargo, esa asociación es fácil. Lógica. De las que saltan a la vista y de pronto te abruman porque, pese a ser evidentes, no habías sido capaz de verlas hasta ese momento. Eso me ocurrió el otro día, cuando pasaba las páginas de los Recuerdos de Sócrates de Jenofonte, el que también contó -porque estuvo en ella- la retirada de los 10.000 mercenarios griegos de Persia cuya epopeya conocemos por Anábasis. Desde que lo traduje en el cole vuelvo a Jenofonte de vez en cuando, pues la historia que aquellos hombres avanzando por territorio hostil, buscando el mar para volver a casa, rodeados de enemigos y sabiendo que la palabra derrota significaba exterminio, la he tenido presente muchas veces, y creo que es un estupendo símbolo, o útil vademécum, para muchos de los territorios inciertos por los que transita el hombre moderno.
Pero me desvío. Estaba con el amigo Jenofonte, como digo, y hojeándolo me fui a unas líneas que, a su vez, me hicieron levantarme y buscar en los estantes otro libro, y otro al fin, y al cabo terminé con cuatro o cinco de ellos abiertos alrededor, comparando citas y usando como llave maestra para todos ellos Una profesión peligrosa, de mi querido amigo el profesor Luciano Canfora. Y sucedió que al rato encendí la tele para ver un rato el telediario, y allí -son los azares maravillosos de la vida- salió un político de ésos con los que no terminas de tener claro si son unos sinvergüenzas o unos cantamañanas, aunque sospechas que navegan a remo y a vela, diciendo literalmente: «En una verdadera democracia, la voz del pueblo está por encima de cualquier ley». Y oyéndolo, fui y me dije anda tú, lo bien que suena y lo redondo que me lo habría tragado, a lo mejor, de no haberme pasado tres horas antes con Sócrates, Jenofonte, Canfora y alguno más, leyendo callado y con mucho respeto, no fueran a decir ellos de mí lo que Sócrates dijo que diría Eutidemo: «Nunca me preocupé de tener un maestro sabio, sino que me he pasado la vida procurando no sólo no aprender nada de nadie, sino también alardeando de ello».
Y es que eso es lo bueno de leer cosas. De saber por dónde te andas, o al menos intentarlo. Que cuando vives en una verdadera democracia y te llega un político sinvergüenza o un cantamañanas, o un híbrido de ambos, y te dice que la voz del pueblo -llámese Eutidemo o llámese como se llame- está por encima de la ley, te acuerdas de Sócrates. Y de pronto, lo que sonaba tan bien resulta que ya no suena tanto. Y te da la risa; o a lo mejor, si eres español y a estas alturas te quedan pocas ganas de reír, detalle comprensible, vas y te ciscas en su pastelera madre. Porque te acuerdas, por ejemplo, de la batalla de las islas Arginusas (año 406 a.C.), tras la que unos generales atenienses fueron juzgados y condenados por una asamblea popular que se pasó las formalidades legales por el forro de las túnicas. «Es intolerable que se impida al pueblo hacer su voluntad», argumentaron, proclamando la superioridad de esa voluntad del pueblo frente a la ley que, aplicada con rigor, habría exculpado a los generales. Y lo que es más significativo, amenazaron a los jueces, si se oponían al deseo del pueblo soberano, con ser declarados culpables junto a los generales. Por supuesto, los jueces se curaron en salud y se plegaron a la voluntad popular. Y los generales fueron ejecutados. Sólo Sócrates, que era uno de los jueces, se negó. Con un par. Ni voluntad popular ni pepinillos en vinagre, dijo. Él no reconocía otra autoridad que la ley. Y fue el único.
El pueblo ateniense nunca olvidó aquello. La opinión pública no perdonó que Sócrates se negara a aprobar que la vulneración de la ley, cuando se hace en nombre de una real o supuesta voluntad popular, pueda tolerarse por un Estado sólido, adulto, seguro de sí mismo y de sus instituciones. Y eso influyó más tarde en su proceso, cuando fue sentenciado a suicidarse bebiendo veneno. También allí, llegado el caso, Sócrates fue fiel a sí mismo. En vez de huir, como habría podido hacerlo, permaneció en Atenas, acató la ley que lo condenaba, y pagó con su vida aquella digna coherencia.
Ahora, por simple curiosidad, pregúntense ustedes cuántos políticos españoles saben quién fue Sócrates. Y lo que les importa.
Don Arturo Pérez Reverte (Patente de Corso XLSemanal - 08/12/2014)
Que tomen nota los afectados. Ni voluntad del pueblo ni hostias, aquí todos iguales ante la Ley.
Que Fortuna nos aporte Sabiduría, que impida que políticos podridos, corruptos y miserables se indulten entre ellos para mantenerse en el poder y jueces valientes que se lo impidan .
Brillante artículo de Pérez Reverte que ilumina lo que pudiéramos calificar del nuevo procés en que estamos inmersos en el que los jueces son insultados en el Congreso porque no se pliegan ante "la voz del pueblo", a la de Junts, Sánchez, Sumar y todos los independentistas. Nunca he estimado tanto el valor de los jueces como ahora en que resisten frente a la marea revisionista y en que son calificados de fascistas y de franquistas porque no actúan como "ellos" quieren. Me siento orgulloso de ellos, pero son también humanos y los machacarán por todos lados y no espero que Europa nos ayude demasiado. Bien traído el ejemplo de Sócrates que puso la ley por encima de la voluntad supuesta del pueblo. Otro que es un ejemplo es Savater que, sin alzar la voz, ha puesto a ese antiguo periódico de prestigio y hoy vocero del sanchismo en su sitio. Todo esto me resulta increíble. Saludos.
ResponderEliminarJoselu, los jueces son personas y sometidas a muchos condicionantes por eso es importante que se sientan respaldados y no ninguneados. Ahora llega " un político sinvergüenza o un cantamañanas, o un híbrido de ambos" y se las da legislador y como se piensa que es un puto iluminado y porque se han votado uns listas que a él le han colocado se siente capaza de decir lo que es verdad y lo que no, lo que es blancxo ahora pasa negro y viceversa. Un fiscal dice un cosa. se reune con un sinvergüenza puesto a dedo y por ls presiones de este cambia el escrito de la acusación, no en búsqueda de la Justicia, sino para que un político mentiroso y sinvergüenza se mantenga en el poder. Eso es corrupcion y algún día se deberá juzgar y condenar y llevar a los responsables y sus cómplices a la cárcel. El uso torticero de las instituciones debe acabar,
EliminarUn saludo.
Ojo, que alguno te contestaría que era un futbolista brasileño de los 70,s.
ResponderEliminarFrancesc Puigcarbó, no descarto esa posibilidad, la verdad. Yo no soy como aquel que decía: "Nunca me preocupé de tener un maestro sabio, sino que me he pasado la vida procurando no sólo no aprender nada de nadie, sino también alardeando de ello".
EliminarUno puede ser ignorante pero lo que no puede estar orgulloso de ello, como algunos que veo.
Un saludo.
Este escritor está muy claro. Comulgo de banda a banda con él. Gracias por divulgarlo por acá.
ResponderEliminarAli reyes, ten cuidado no te acusen de fascista...
EliminarUn saludo
Para ser político, congresista, alcalde,tendría que pasar por un examen de la Constitución, para no quedar como analfabeto.
ResponderEliminarSaludos
Car Res, tan solo con poner listas abiertas se solucionarían muchas cosas, no te creas. la gente no es tan estupida, o no todos. ahora vots a un conglomerado de partidos en los que tu no eliges a tus representantes, es vergonzoso.
EliminarUn saludo
Muy, muy interesante.
ResponderEliminarMe has obligado a abrir algún libro que tenía lleno de polvo. Te lo agradezco.
Muy interesante.
Está todo tan bien explicado que aunque se me tilde (en otra página y sé con una intención no maligna, sino de consternación porque no pienso en la línea progressista que exige el momento), se me tilde, insisto, de ingenuo o "bobo", observo que no voy desencaminado.
He vuelto a las traducciones de Javier Marías, vienen directamente del griego antiguo, y me he metido otra vez en el libro de Política, de Aristóteles.
He de felicitarte por el artículo.
gracias,
salut
Miquel, espero que no te confundan con un "progresista". como pongo en mi enunciado "PROGRESISTA ES A PROGRESO LO QUE CARTERISTA ES A CARTERA". Es tan solo un expresión que han vaciado de contenido, que no son favorables de ningún progreso más allá de sus carteras y de perpetuarse en el poder. ¿Que puedes esperar de gente que se ve favorecida cuanta más miseria hay?. La Justicia debe ser igual para todos, eso si es un progreso importante, pactar impunidad es una estafa, una corruptela, un timo solo digerible para los estómagos agraciados y los que no saben diferenciar un frigorífico de un elefante.
EliminarUn saludo.
Albada Dos ha dejado un nuevo comentario en la entrada "La voz del pueblo y el suicidio de Sócrates":
ResponderEliminarEs el menos malo de los gobiernos, pero la democracia tiene sus lecturas. A veces deformada por el ego , la soberbia, o el pago a fin de mes.
Los sabios sabían de la condición humana. Es su grandeza. Ahora quien no sabe muy bien cómo ganarse la vida, se apunta a político. Una aberración. Un abrazo.
Albada Dos. Nada es nuevo, pero sorprende que demos más importancia en no pocas ocasiones al supuesto "clamor popular" que a los dictámenes de juristas y jueces. Sorprende y de esto mi entrada que haya muchos que se crean por encima de la Ley y alienten a la población a defender estos privilegios, si ellos no cumplen la Ley ¿como me pueden pedir a mi que la cumpla? ¿porque ellos no y yo si? ¿por que se retuerce el Derecho en beneficio de unos para que otros se mantengan en el poder? ¿esto no es corrupcion? Para mi si, y esto es legalizar la corrupcion.
EliminarUn saludo.
Muy bueno. Lo había leído, porque Pérez-Reverte (otro socio del club "La fachosfera" a quien suelo leer) lo reprodujo en Twitter el otro día. Iba a publicar un trozo en mi blog pero te me has adelantado (alguna otra vez lo hice yo...).
ResponderEliminarUn saludo.
Granuribe 50. Todos los domingos por la mañana me voy a tomar un cafe y leo su articulo Patente de Corso desde hace muchos años. De vez en cuando me quedo con alguno que voy poniendo por aquí. La fachosfera esta "petaa" cada dia somos más los "fascistas" que no estamos de acuerdo con que nos ninguneen y nos timen con el absurdo discurso de "que viene la derecha". Una disculpa solo apta paera memos (y memas).
EliminarUn saludo
P.D. Me llena de orgullo y satisfacción haberme adelantado.
Extraordinario escrito. Las palabras de Pérez Reverte, siempre tan claras ponen las cosas en su sitio.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó, en el texto que acompaña los comentarios pongo: "Piensa como piensan los sabios, más habla como habla la gente sencilla. Aristoteles (384 AC-322 AC)."
EliminarMe gusta la gente que sabe transmitir ideas de forma clara y sin "aspavientos". Lo que en mi vida privada de forma oral se me da bastante bien, en la escrita tengo muchas carencias pero no soy Eutidemo. Aquí Don Arturo explica muy bien esto de la Ley y la supuesta "Voz del Pueblo" que cada vez que oigo hablar de ella me pongo a temblar.
Un saludo.
Mas claro ¡agua! y mira que yo no soy muy de este hombre que sé a ti te gusta tanto, pero al márgen de opiniones, lo que es indudable es que habla claro, con argumentos de peso y por eso, incluso aunque no compartas las formas a veces, e incluso el fondo otras, convence.
ResponderEliminarEn esta ocasión, totalmente de acuerdo con forma y fondo..
Muchas, muchas gracias! un beso!
Maria oír y leer es bueno antes de hablar y opinar. Los que andamos escasos de conocimientos tenemos que medir bien lo que decimos para no hacer el ridículo. Yo por lo menos lo hago. don Arturo tiene libros buenos y malos (ahora estoy leyendo "El Italiano", pero como articulista lo borda.
EliminarUn saludo
jaja sin duda, si no escuchas, ni lees, no te enteras, si sabes de nada, la cuestión es a quien escuchamos y leemos... ; ) Reverte es muy bueno contando historias de historia, eso es indudable… sólo le critico, su subjetividad hablando de otros escritores o cuestiones lingüísticas desde que tiene sillón en la RA y a veces su visceralidad, entrando como un miura a todos los trapos rojos.. pero esta parte tb te encanta a ti…compartís estilo! A veces está bien, es más, es necesario, pero actuar así por norma, es generar polémicas que nos podemos evitar.. Y no insistas en menospreciar tu cultura, sabes bien que no es cierto.. auuuunque no sepas que además de cebada, la cerveza tb lleva lúpulo jajaja el valle del Órbigo en León, está todo sembrado de flores de lúpulo, por eso pensé que ese tractor era de allí y … eso que a mi no me gusta ; )
EliminarUn beso!
Maria claridad no es visceralidad, exponer no es insultar es describir. hay veces que hay que generar polémica porque sino las cosas pasan y nadie se da cuenta. Por la cerveza no te preocupes, ya me bebo yo tu parte, asi de forma altruista, para compensar.
EliminarUn saludo.