jueves, 23 de noviembre de 2023

Esa gentuza

Pocos textos me representan como este. 

 Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes, y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja, y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. 

 No identifico a casi ninguno, y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada. Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.


Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto. Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable. Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.


Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire. Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado -ahí no hay discrepancias ideológicas- el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.


De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.


Arturo Pérez-Reverte "El Semanal" 5 de Julio de 2009.


 Pobre del que haya perdido su capacidad de indignarse y justifique corruptelas presentes con corrupciones pasadas, estará perdido. 

 Me resulta muy curioso que yo, que critiqué las composiciones de los Tribunales Constitucionales y el Consejo General del Poder Judicial en este blog con parecida vehemencia que ahora, era aplaudido entonces por algunos o muchos. Cuando critico con parecida, no más, vehemencia a los del otro lado casi se me considera de ultraderecha. 

 Mi pensamiento no ha variado ni mi indignación tampoco. 


 Defender lo que defendía el Psoe hace unos meses ahora es casi ser un fascista que no quiere la convivencia, manda huevos que poca falta de ética y de estética. 

 Vean el video, por favor, son apenas unos segundos. 



 Sin vergüenza, sin pudor. 

 Que Fortuna nos ampare. 

 No podre contestar en breve, un saludo a todos, a los que piensan como yo y a los otros,  a los "equivocados"...😇😇😇

17 comentarios:

  1. Nada nuevo bajo el sol, es la política, global, por cierto. No nacional. Quizás por eso tú lo dejaste, y lo entiendo. No hay otra opción si és un mínimo de honesto.

    Saludos.

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    1. Francesc Puigcarbó, el dia que me eligieron concejal de un pequeño pueblo de casi 600 habitantes me preocupe por estar a la altura de mis vecinos, de quienes habían confiado en mí. Estaba preocupado, la verdad, ahora veo lo que veo y se me revuelve el estómago. Mi paso por la ¿política? me costó dinero, como les cuesta a la inmensa mayoría de concejales y alcaldes de pueblos pequeños.
      Un saludo.

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  2. jajajaja...Resulta que es el más sincero..
    ¡PROBABLEMENTE NO¡ Ole sus cojones
    ahora me gusta más, al menos no intenta disimular como el Patxi, al que han defenestrao por la borda a las primeras de cambio.

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    1. Miquel, ya se ha retractado de lo que ha dicho, es un sincero fijo-discontinuo.
      Un saludo.

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  3. Muy interesante la información que nos trasmites. Comprendo tu actitud. El panorama es desolador, deprimente...y lo que es peor, no se ven cambios esperanzadores en un futuro próximo...
    Saludos cordiales

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    1. Luis Antonio la primera industria de este país es la política y esta no genera riqueza, solo gasto y corrupcion. Hay que aligerar peso.
      Un saludo.

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  4. Engreídos que se creen que son más que los demás. Su incultura y su incompetencia los ha facultado para hacérnoslo todo más difícil. ¿Hasta cuándo los tendremos que soportar?
    Salud.

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    1. Francesc Cornadó conozco gente que no tiene Cultura pero poseen un magnifico sentido común y son excelentes gestores. Esos ni lo uno, ni lo otro, y encima se permiten el lujo de andar por ahí dando "lecciones magistrales" de todo a todos. Mis sensaciones son muy parecidas a las de Don Arturo y cada dia más.
      Un saludo.

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  5. Hay que echarlos
    a todos, empezando
    por el nuevo ministro
    de política territorial .

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    1. Orlando, desconozco la trayectoria de ese señor, pero he oído a la Ministra de Infancia y creo que me dara tema para varias entradas, la primera sobre Lenin, ese ser de luz.
      Un saludo

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  6. jaja pues si Reverte se sentía así, hace 14 años, no te digo nada cómo se sentirá ahora, desde luego si yo fuera diputada y lo veo de lejos, echo a correr ; ) No sé Daniel, yo creo que la indignación no ayuda, solo te come vivo por dentro. Otra cosa es que veces, como describe Reverte en su escrito se te suba la sangre a la cabeza ante ciertas cosas, pero hay que intentar serenarse porque con la cabeza caliente a parte de un ictus o migraña, no se consigue nada. Por otra parte, como ya te he dicho hace un ratito en mi blog, hay que intentar serenarse, dejar discurrir los acontecimientos a medida que se vayan produciendo y mantener el civismo y la cordura que merece la ocasión. Desde luego, cualquier cosa menos sumarse a las hordas de descerebrados que suponen defender nadie sabe qué por ir a montar bronca a Ferraz. Si los políticos no han estado a la altura, deberemos estarlo nosotros.. seguir dándole vueltas a lo que ha sucedido, no va a cambiar nada, así que mejor dejémoslo reposar, el futuro dirá lo que deba decir.

    Un beso!

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  7. Desolador, me faltan las palabras, Daniel y no sé extenderme más, y estamos indefensos. Saludos.

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    1. Joselu, ya lo ha explicado muy bien Don Arturo y creo que la mayoría nos sentimos parecido.
      Un saludo

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  8. Siempre he lamentado no haber echado una mano a pegar carteles en las primeras elecciones, luego perseverar, unos codazos, unas pelotas, y ahora estaría calentando la silla de un buen despacho y no encaramado al puto andamio...

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    1. Toy Folloso los que hicieron eso con la dictadura eran gente muy digna en su inmensa mayoría. Los que ahora están son los que lucharon contra Franco después de muerto el dictador, la inmensa mayoría nacieron después de la muerte de Franco y ahora se tienen que inventar batallas para seguir chupando del frasco. Mucha universidad y poco trabajo. Los constructores son necesarios, estos no. Mi respeto a los trabajadores de este país es inmenso. Yo soy uno de ellos y mi familia también. En realidad somos los que meneamos este país, porque a cuenta de estos...
      Un saludo

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  9. Pues así es esa gente, en su mayoría. Que habrá alguno, como dices, que realmente sea honrado, digno y decente. El vídeo es muy claro.

    Un abrazo

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    1. Albada Dos, siempre hay justos en Sodoma como dice Don Arturo, pero no les veo en sitios de relevancia, la verdad. Uno puede ser socialista, liberal, conservador, de derechas o de izquierdas, pero sobre todo debe ser consecuente con lo que hace y con lo que dice, asi nos iría a todos mejor, creo yo.
      Un saludo.

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