El zorro de Arpino

 En esas fechas una multitud de cimbros y teutones al ver que Dinamarca se inundaba por el mar, los pastos inutilizados, sin caza, con la humedad en los huesos y cansados de untar mantequilla en un deplorable pan y beber cerveza mala, decidieron bajarse al sur. 

 Supongo que dirían; "Vamos a tomar el sol, ponernos rojos como cangrejos, beber vino y comer pan con aceite.. a Italia y España" o algo parecido, no se, no estaba allí. 

 Cogieron a sus familias, lo poco que habían salvado de la inundación y se fueron de "veraneo" al sur.   Eran unos 800.000 en total, cimbro mas o teutón menos,,, 

 800.000 bocas más su ganado arrasaban por donde iban. Como no eran bien recibidos, pues se abrían paso con "cierta violencia", todo era dialogo, "o nos das o lo cogemos".  

 Esta forma de negociar produce ciertas tiranteces diplomáticas, como pueden ustedes entender. 

 Cuando una parte de estos turistas llegaron a la península, los que allí estaban, los celtiberos, les dijeron que "no les pisasen los surcos que podía haber leña" y los nórdicos prepotentes supongo que dirían: 

 " Estos hispánicos no tienen dos guantazos"

 Y claro... les pisaron los surcos, les llevaron el ganado y alguna cosa más. 

 Los celtiberos se enfadaron, cosa natural y comprensible por otra parte. 

 Supongo que ciscándose en los dioses propios y ajenos de la época fueron a por los "turistas" y les dieron "la del pulpo".. 

 Debido al mal ambiente y la mala leche local  los nórdicos decidieron dejar Hispania, y tomaron rumbo a Italia. "Vamos a Italia, a la Toscana, que también tiene sol, pan, aceite y vino, que aquí los celtiberos no comprenden nuestra multiculturalidad" supongo que dirían, como he dicho, yo no estaba allí. 

 En la batalla de Arausio, los cimbrios exterminaron a dos ejércitos consulares romanos completos.     Esto fue posible gracias a que ambos ejércitos estaban comandados por dos auténticos imbéciles, concretamente Cneo Malio Máximo y el procónsul Quinto Servilio Cepión.

 Estos eran dos señoritos que tan solo se preocuparon cada uno de mantener su mando independiente del otro ejercito, en vez de unirse y luchar juntos.  Así fueron barridos los dos, (que tome nota alguno de estas cosas, que le pueden servir).

 En esos tiempos tan solo los nobles podían acceder al mando de los ejércitos y los soldados tenían que pagarse su equipación y armamento. 

 El número de personas que podían acceder al ejercito se vio muy limitado por estos motivos. 

 En Roma al conocerse esta derrota y que los turistas nórdicos podían bajar hasta la urbe, la afluencia a las letrinas sufrió un aumento de frecuencia escandaloso, ya me entienden ustedes. 

 Se recurrió a Cayo Mario 

 Cayo Mario era un plebeyo millonario que se había casado con la hermana de la madre de Julio Cesar. Esta era una hermosa fémina de la gens Julia que Cayo Mario utilizó para conseguir la nobleza que no tenia por nacimiento (La gens Julia en aquel entonces andaba mal de efectivo y así uno consiguió la nobleza y la otra parte el vil pero necesario metal). 

 Cayo Mario no era noble de nacimiento, pero era un brillante militar. 

 Como vio que no tenia efectivos para formar un ejercito al antiguo estilo propuso coger como militares profesionales a los "proletari" . Es decir, a la gente de la calle que no tenia dinero casi ni para comer y menos para pagarse el armamento o la equipación (ya no había gente reclutable con dinero para pagarse el armamento disponible, en los últimos quince años habían muerto casi 80.000 personas en distintas guerras). 

  Cayo Mario los reclutaba y les iba descontando del salario este equipamiento. 

 El soldado que en muchas ocasiones no tenia ni para comer, comía y si lograba sobrevivir tenia parte del botín (más tarde se les premiaría con unas tierras como jubilación). Al fin de su reclutamiento tenia dinero y una cierta posición que no conseguiría de otra forma. 

 Si no moría, pequeño detalle sin importancia, todos contentos y si moría, pues ya daba lo mismo. 

 Cayo Mario era muy inteligente "El zorro de Arpino" dicen que le llamaban. 

 Entrenó concienzudamente a estas personas y les hizo militares profesionales. Como la mayoría eran analfabetos, ideo los estandartes para guiarlos y fue el primero que puso el Águila Romana en ellos. 

 Además se preocupó de que uno de cada ocho, el grupo llamado contubernia que era el que compartía tienda en el campamento,  que de este grupo, al menos uno de ellos, aprendiera a leer y escribir aunque fuese de manera rudimentaria, para que pudiera recibir las ordenes escritas del mando. 

 Otra innovación que introdujo para aumentar la movilidad de la tropa fue que hacia cargar a cada soldado con su equipamiento personal, más una o dos estacas de empalizada en la espalda para construir el campamento fortificado  rápidamente cada noche.  "Las mulas de Mario" dicen que les llamaban. Cargaban hasta cuarenta kgrs cada uno en marchas que podían llegar a los 50 kilómetros diarios. Antes  de esto, los soldados no cargaban prácticamente nada y su equipamiento era transportado en carros o en mulas en interminables y lentas filas. 

 Con el ejercito entrenado y con una movilidad extraordinaria para la época, subió a por los nórdicos. 

 Primero arrasó a los Teutones en Aquae Sextiae (102 a. C.) .

 Después fue a por los cimbros a los que derrotó en la batalla de Vercellae (101 a. C.) junto con  Quinto Lutacio Cátulo. 

Representación de la batalla de Vercellae. Óleo sobre lienzo, 
Giovanni Battista Tiepolo 

 Dicen que el genial Julio Cesar aprendió tácticas y estrategias militares de Cayo Mario siendo muy joven, casi niño.

 El segundo en el mando de Cayo Mario fue Lucio Cornelio Sila. Un controvertido militar y político del que pueden leerse las más variopintas opiniones, desde dictador sanguinario hasta genio político, pero eso ya es otra Historia. 

 Cayo Mario fue siete veces cónsul de Roma.

 Con Cayo Mario el ejercito se hizo profesional y permanente. Sentó las bases de la que seria durante siglos la maquinaria de guerra mejor engrasada del mundo.

 Que Fortuna propicie Unión.