Es un orgullo venir a esta ciudad como huésped de vuestro distinguido alcalde, que simboliza en todo el mundo el espíritu luchador de Berlín Oeste. Es un orgullo visitar la República Federal con vuestro distinguido Canciller, que durante muchos años ha comprometido Alemania a la democracia, a la libertad y al progreso. Y es un orgullo venir aquí en compañía de mi compañero americano, el General Clay, que ha estado en esta ciudad durante sus mayores momentos de crisis, y volverá a venir siempre que se le necesite.
Hace dos mil años, no existía mayor orgullo que decir "Civis Romanus sum" ("soy un ciudadano romano"). Hoy, en el mundo de la libertad, no hay mayor orgullo que poder decir "Ich bin ein Berliner!!" (¡¡Soy berlinés!!).
Hay mucha gente en el mundo que realmente no comprende, o dice no comprender, cuál es la gran diferencia entre el mundo libre y el mundo comunista. Que vengan a Berlín. Hay algunos que dicen que el comunismo es el movimiento del futuro... ¡que vengan a Berlín! Y hay algunos que dicen, en Europa y en otras partes, que podemos trabajar con los comunistas... ¡que vengan a Berlín! Incluso hay unos pocos que dicen que es verdad que el comunismo es un sistema diabólico, pero que permite un progreso económico... Lass' sie nach Berlin kommen! ("¡que vengan a Berlín!")
La libertad se enfrenta a muchas dificultades y la democracia no es perfecta, pero nunca hemos tenido que levantar un muro para encerrar a nuestro pueblo, para prevenir que la gente se vaya. Quiero decir en nombre de mis ciudadanos, que viven a muchas millas de distancia al otro lado del Atlántico, muy lejos de vosotros, que ellos sienten como un gran orgullo el haber podido compartir con vosotros, a pesar de la distancia, la historia de los últimos dieciocho años. No conozco ninguna ciudad, ningún pueblo, que haya sido asediado durante dieciocho años y que aún viva con la vitalidad y la fuerza, la esperanza y la determinación, de la ciudad de Berlín Oeste. Pese a que el muro es la más obvia y viva demostración del fracaso del sistema comunista a ojos del mundo entero, no encontramos satisfacción alguna en ello ya que es, como ha dicho el alcalde, una ofensa no solo contra la historia, sino también una ofensa contra la humanidad, que separa familias, divide maridos y esposas, hermanos y hermanas, divide a la gente que desea volver a estar unida.
Lo que es cierto para esta ciudad, lo es para Alemania - la paz real y duradera en Europa no estará asegurada mientras a uno de cada cuatro alemanes se le niegue el derecho más elemental de ser un hombre libre, y ello significa poder elegir libremente. En dieciocho años de paz y buena fe, esta generación de alemanes ha ganado el derecho a ser libre, incluyendo el derecho a unir sus familias y su nación, con la buena voluntad de todos los pueblos. Vivís en una defendida isla de libertad, pero vuestra vida es parte de algo mayor. Permitidme pediros que alcéis vuestros ojos por encima de los peligros de hoy, a las esperanzas de mañana. Más allá de la libertad de sólo esta ciudad, Berlín, o de vuestro país, Alemania, hacia el avance de la libertad en todos los lugares. Más allá del muro, hacia el día de la paz con justicia. Más allá de vosotros o nosotros, hacia toda la humanidad.
La libertad es indivisible y cuando un hombre es esclavizado, nadie es libre. Cuando todos sean libres, entonces podremos dirigirnos hacia ese día en que esta ciudad será unida en una sola, y este país y este gran continente que es Europa se unirán en un único globo, lleno de paz y esperanza. Cuando ese día llegue por fin, que lo hará, la gente del Berlín Oeste podrá sentir una sobria satisfacción por el hecho de que ellos estuvieron en primera línea durante casi dos décadas.
Todos los hombres libres, vivan donde vivan, son ciudadanos de Berlín. Y por lo tanto, como hombre libre, yo digo con orgullo las palabras "Ich bin ein Berliner".
El 9 de noviembre de 1989 cayó el muro de Berlín. El comunismo es el único sistema político que pone vallas para que la gente no se marche del país, no para que la gente no entre, (no es criticar, es aludir a un hecho cierto) poco más puedo añadir.
Que Fortuna nos libre del comunismo.
Mira, chaval ¡...yo soy libre y tengo mis derechos y nadie me va a impedir que salga el fin de semana.
ResponderEliminarAsí que me voy a quemar contenedores, romper escaparates, incendiar mobiliario urbano, cruzar un par de autobuses al grito de ¡¡¡libertad¡¡¡, para que sepan que yo soy libre.
Que no te coman el tarro..¿Tas enterao ?? espabilao ¡¡¡
Y YO ME VOY A SUBIR ENCIMA DE UN COCHE PATRULLA DE LOS MOSSOS, que como no soy indepe no me va a pasar nada y de paso desde arriba vigilaré a Miquel que no se pase.A ver si los de Gamonal van a ser mas brutos que nosotros. Eso si que no!. A las barricadas!!!!
ResponderEliminarMe encanta Berlín, es una ciudad donde se respira, por lo menos antes del Covid, un ambiente absolutamente fantástico y además es bella como pocas.
ResponderEliminarLo he pasado muy bien allí y espero volver pronto, porque es la ciudad de las mil posibilidades.
También lo era a principios de los años 30 con sus fastuosos cabarets, su libertad sexual y sus fantástica vida cultural.
Lo malo es que llegaron los patriotas, con sus uniformes caquis y negros par apalear a la disidencia.
¿Dices que el régimen comunista, que detesto, es el único que ponía vallas para que la gente no marchase?
Cierto, los nazis eran más hospitalarios y ponían campos de concentración para que no se fuesen.
Voy a imitar a ese pobre diablo de Abascal.
Te dejo la lista de los españoles asesinados en Mathausen
Salud
https://www.lasexta.com/noticias/nacional/estos-son-4427-espanoles-asesinados-mauthausen-gusen_201908095d4d39440cf26c378b18b40e.html
Miquel, la libertad es como un buen vino, hay que saber beberlo. Creo que tu le has echado cocacola, como sueles hacer con el cava.
ResponderEliminarUn saludo.
Francesc, como decía aquel famoso estadista: "Apretad, hacéis bien en apretar" que no os pasara nada a pesar de cortar carreteras, incendiar contenedores, cortar líneas de producción de coches como Nissan, apretad... se le olvido poner "que a mi no me pasará nada"...
ResponderEliminarUn saludo.
Doctor Krapp, Berlin, por lo que he leido, antes de la llegada de los socialistas nacionalistas o nacional socialistas, no se, era un hervidero de Vida. Club de jazz, música, conciertos, una vida muy rica, llego el nacional socialismo y como siempre lo jodio todo. Es bueno recordar como se pusieron de acuerdo los socialistas para que los socialistas nacionalistas alemanes pudieran empezar la guerra tranquilos sin la amenaza de los otros socialistas rusos, el llamado Pacto Ribbentrop-Mólotov.
ResponderEliminarHaces bien en recordar como esos otros autodenominados socialistas-nacionalistas actuaron con la población de su pueblo y como asesinaron a nuestros compatriotas.
En defensa de Stalin, hay que decir que elimino la obesidad en el pueblo ruso, sin olvidarse de su salud, el padrecito preocupado por su pueblo puso carteles que recomendaban que no se comiesen unos a otros, ya que no era bueno para su salud.
Y aquí sonreímos con ingenuidad a los que se definen como socialistas y nacionalistas, es que no espabilamos.
Creo que ningún sistema político ha asesinado, torturado, deportado, encarcelado, violado y oprimido a las personas tanto como el socialismo.
Pero todo por el pueblo, y la puebla, desde luego.
Un saludo.
Estoy contigo: "Que Fortuna nos libre del comunismo". Ni en mis años más contestatarios (que los hubo) me gustó nada eso ni la gente que lo abanderaba por estos lares: ahora muchos de ellos están bien instalados y gozando de prebendas que yo no tengo, previo cambio de chaqueta. También los hay en la dirección opuesta, como Vestringe.
ResponderEliminarPor lo demás, me voy a poner en contacto con Miquel, vía WhatsApp, para quedar con él a romper escaparates y vender el botín en Wallapop, que la vida está muy achuchá.
Granuribe50 En los años 30 muchos intelectuales en España apoyaron el comunismo, vieron en él sus virtudes y se negaron a escuchar a sus criticos, a las personas que vieron lo que allí pasaba. Los comunistas que iban de España a la URSS eran turistas que les enseñaban las bondades, pero fueron sanguinarios, represores, dictadores sangrientos, la policía política del ZAR paso a ser la policía política del comunismo, los mismos metodos, los mismos fines, pero ahora avalados por "el pueblo". En defensa de personajes de la talla de Alberti, hay que decir que estoy seguro que desconocían los crimenes que alli se producían, ahora ya no se desconocen, ya no hay disculpas.
ResponderEliminarMucho cuidado con Miquel, que le gusta Ralph Laurent y Lacoste y no suele compartir el botín. Avisado estas.
Un saludo.