Un día en una cena con mis antiguos vecinos comentaba yo que no quería tener vecinos gitanos. Lógicamente una vecina, la que tiene la casa al lado de la mía, me recrimino esto, diciendo que si yo era racista y esas cosas que se dicen.
Le pregunte yo si a ella le daría igual tener unos vecinos gitanos y me contestó que si, que ella no tenia ningún problema con eso.
Hace dos años me cambie de domicilio y alquile la casa. Estaba recogiendo las ultimas cosas y se lo comenté, le dije: "Ya he alquilado la casa"...
Ella me pregunto que a quien se la había alquilado y lo le conteste que a una familia numerosa de cuatro hijos y un abuelo además de los padres, que se la habían quedado porque era grande y cabían todos.
Le amplié la información diciendo que trabajaban en los mercadillos y me habían pagado el primer año en efectivo además de la fianza y que su idea era utilizar el garaje de almacén para sus productos.
Pero fue cuando le dije que eran gitanos cuando se le mudó el rostro, se lo noté, le cambió la cara.
Ahí lo deje hasta que dos días más tarde su marido me preguntó por los nuevos inquilinos, y le conteste:
¿Los gitanos?, si, me contesta él...
Ahí fue cuando le dije la verdad que era un matrimonio con un hijo y que eran payos...
El marido me comentó que su mujer había estado dos días dándole vueltas al tema..
Pues yo pensaba que el único racista del barrio era yo, le conteste con una sonrisa irónica.
Y es que una cosa es predicar y otra dar trigo.
Y si, ya se que todos ustedes no son racistas, yo tampoco.
Que Fortuna nos libre de predicadores.
jejejeje
ResponderEliminarEres más peligroso que un escorpión en un bidet ¡
Muy bueno el símil
EliminarEn esa situacion ficticia el "progresista" era yo y la racista era ella. El Texto sin embargo es real y ocurrió igual que lo menciono. El marido me daba la razon el dia de la cena, que conste.
EliminarUn saludo.
Por lo regular no nos ponemos en los zapatos de las personas a la hora de hablar.
ResponderEliminarAli Reyes en mis zapatos solo cabemos yo y mis circunstancias. Pero la vida me enseña que hay que fijarse más en lo que hacen las personas que en lo que dicen. Ya lo dice Descartes en su Discurso del Método. En este caso yo se bien de lo que hablo, he ido a clase con gitanos y he hecho muchos negocios con ellos, y te puedo asegurar que son más racistas que nosotros.
EliminarUn saludo.
Como diria el Pasqual Maragall de Polonia: QUE CABRÓN!, Cuando alguien te dice: Yo no soy racista, ojo, seguro que lo es.
ResponderEliminarSaludos.
Francesc El dia de la cena esta señora casi dice que soy Hitler y esas cosas que dicen los que solo se aferran al eslogan. El marido defendía mi postura, todo de buen humor la verdad, pero aqui se la meti por toda la escuadra. La señora estuvo dos días casi sin dormir, según me dijo su esposo. La verdad es que son muy gente. Y si, prefiero ser cabron a tonto.
EliminarUn saludo.
Me haces recordar el famoso refrán: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”.!
ResponderEliminarEmejota, por ahí iban los tiros. He visto ya muchas cosas "más allá de orion" y más cerca también. En muchos casos todo es impostura.
EliminarUn saludo
Si no le gustan mis principios tengo otros...
ResponderEliminarAplicable, siempre que hay intereses de por medio, a todo el mundo. Al final no todo es el bien o el mal sinó la justícia.
Gemma no son,( o no somos), pocos que no reflexionamos sobre lo que decimos y sus consecuencias. A mi que una persona sea paya o gitana me da igual mientras no quiera someter al resto a sus gustos. No quiero entrar en detalles pero lo que yo afirmaba es más una cuestión de convivencia que de racismo y tengo mis motivos para decirlo.
EliminarTodos tenemos intereses, yo no los oculto, per muchos van por el mundo "levitando" como almas puras y al final somos como somos. Es cierto que "hay Justos en Sodoma" pero...
Un saludo.
"No quiero entrar en detalles pero lo que yo afirmaba es más una cuestión de convivencia que de racismo y tengo mis motivos para decirlo".
EliminarA esto me refería cuando digo que es una cuestión de justicia más que de lo que nos guste o no ( bien o mal). Tienen el mismo derecho a alquilar ellos que otros, nos gusten más o nos gusten menos, si cumplen las condiciones, tienen los mismos derechos que otros.
Saludos,
La anónima soy yo, Gemma.
EliminarHola, Daniel
ResponderEliminarMe ha encantado tu blog. El tema del racismo es delicado, ha servido para escribir infinidad de anécdotas. Puedo decir que no soy racista, pero indudablemente, cuando mi esposo y yo caminamos por un andén algo solitario, instintivamente nos cambiamos de acera cuando vemos venir gente diferente.
En ocasiones, el temor a las personas que no sean de nuestro mismo tono de piel, o que pertenezcan a ciertos grupos, no está fundado en la exclusión per se; sucede que nos aterra todo aquello que nos sea extraño: tienen otros gustos, comportamientos diferentes al común, gustos chocantes por no pertenecer a lo acostumbrado en nuestro entorno. Es mi punto de vista. He visto películas en las cuales, he observado racismo de doble vía :)
Cordiales saludos.
Hola Rud, mucha gracias por dedicar una parte de tu tiempo a este blog. Tu marido y tú no os separáis por el color de la piel sino por los andares y las formas de los que vienen. si fuesen negros trajeados o un moro con su sequito de sirvientes no os apartaríais, como no lo hace nadie. Tampoco te apartas cuando ves a un trabajador moro o negro. Te apartas cuando ves una cuadrilla de pinta sospechosa, eso se llama autoprotección y no es racismo. No confundamos términos.
EliminarGracias.
Un saludo.
Nadie presume de ser racista. Más bien lo ocultan...si lo son. Tengo mis dudas de que los que alardean de no ser racistas lo digan con conocimiento de causa, o sea que han tenido gitanos o gente de otro color de vecinos...
ResponderEliminarYo aquí he puesto un hecho real en el que soy protagonista, sin más, sin menos.
EliminarUn saludo