lunes, 24 de agosto de 2020
Catón se arroja sobre su espada.
"Llamadme Ismael. Hace unos años -no importa cuánto hace exactamente-, teniendo poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que me iría a navegar un poco por ahí, para ver la parte acuática del mundo. Es un modo que tengo de echar fuera la melancolía y arreglar la circulación. Cada vez que me sorprendo poniendo una boca triste; cada vez que en mi alma hay un nuevo noviembre húmedo y lluvioso; cada vez que me encuentro parándome sin querer ante las tiendas de ataúdes; y, especialmente, cada vez que la hipocondría me domina de tal modo que hace falta un recio principio moral para impedirme salir a la calle con toda deliberación a derribar metódicamente el sombrero a los transeúntes, entonces, entiendo que es más que hora de hacerme a la mar tan pronto como pueda. Es mi sustituto de la pistola y la bala. Catón se arroja sobre su espada, haciendo aspavientos filosóficos; yo me embarco pacíficamente. No hay en ello nada sorprendente. Si bien lo miran, no hay nadie que no experimente, en alguna ocasión u otra, y en más o menos grado, sentimientos análogos a los míos respecto del océano".
Desde hace poco, emulando o imitando el comienzo de Moby Dick (Herman Melville) me autodenomino "LLamadme Daniel", simplemente porque no me llamo Ismael sino Daniel y esta me ha parecido una razón de peso.
Me he leído dos veces este libro, con este comienzo es inevitable, la verdad es que los libros que me gustan los leo dos, tres o cuatro veces. Este lo volveré a leer.
Quizás sea la extensa tradición marinera de Burgos, lo que me llevó a ese libro, no lo se, pero me gustó, lo disfrute y he sacado una conclusión, lo que menos me importa de ese libro es la ballena, pienso que el cetáceo es el telón de fondo de las pasiones que retrata el libro.
No soy crítico de Literatura,ni aspiro a serlo, de hecho, no lo seré nunca, pues tan solo pido una cosa a los libros que leo, que me entretengan, tan solo eso, que no es poco y eso en un mundo de "entendidos" me pone fuera de juego.
De paso, si aprendo cosas, pues mucho mejor, pero mi experiencia es que si me entretienen, normalmente aprendo.
Cuando un burgalés siente el latir de los barrios de los puertos, el olor y la luz de sus tabernas, los movimientos de la nave en el mar, las tormentas, las pasiones de los hombres y sus mezquindades es por que el autor ha hecho bien su trabajo, así lo veo yo, es lo que busco.
Ismael dice una frase que me gusta, porque es una visión práctica de la vida:
"Catón se arroja sobre su espada, haciendo aspavientos filosóficos; yo me embarco pacíficamente".
Ahora iba a hablar de Catón, un casi fanático (o sin el casi) al que la luz de Julio Cesar cegó, pero lo dejamos para otro dia, para el dia que toque Roma.
Si no lo han leído, se lo recomiendo, para mi al menos, es un Tratado de Filosofía.
Como dice el autor:
"Permítanos hablar, aunque mostremos todos nuestros defectos y debilidades: porque ser consciente de ello y no esconderlo es una señal de fortaleza."
Que Fortuna nos aporte pasiones y emociones.
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Sin duda un buen libro que merece ser leído en varias ocasiones, si puede ser con unos años de diferencia, porque se lee diferente y entonces es cuando gusta, cuando te das cuenta del mensaje que subyace (esta frase ha sido buena).
ResponderEliminarHala¡ bonito¡ supéramelo.
Un abrazo de uno que es de tierra adentro
La leí hace tropecientos años, la tenia mi padre, pero sinceramente no me acuerdo de ella ni para bien ni para mal.
ResponderEliminarojo con las olas y la marea, que en Burgos son muy traidoras.
Lo leí por primera vez con quince años. La historia de la obsesión enfermiza de un hombre que arrastró tras el a su tripulación. Pero narrada de una forma maravillosa.
ResponderEliminarDe la Roma clásica me quedo con Cicerón, y su también obsesión enfermiza por proteger una República que estaba descompuesta, y a falta del descabello final que le dio Octavio a la muerte de César. ¡¡ Ah!!, y con los Gracos como tribunos de la plebe.
Ante los comentarios y el propio post de Daniel, uno se pregunta si se ha leído una versión íntegra de la novela o una versión reducida que elimine el ochenta o más por ciento de la materia narrativa que no tiene nada que ver con la ballena blanca. Me sorprenden los comentarios y el post porque lo primero que sorprende en la novela es que la inmensa mayor parte del texto no tiene nada que ver con la persecución de la ballena. No es una novela nada fácil y me parece increíble leerla íntegra con 15 años. Para un adolescente tiene que ser una novela algo más que aburrida, inaguantable. Saludos.
ResponderEliminarPare una novela que te ha gustado. Bues tomo nota.
ResponderEliminarUn abrazo, y felices lecturas
Pues si, la leí con quince años. No, no es una novela fácil. Y volví a releerla con veintiuno, cuando estaba embarcado en un destructor de la Armada, para ver si mi experiencia marinera me ayudaba a explorar otros ángulos de la narración.
ResponderEliminarPor entonces, nosotros perseguíamos submarinos soviéticos, no ballenas, y teníamos un comandante también bastante afectado y casi senil.
Sigo pensando que es la historia de una obsesión autodestructiva, que es en el fondo, lo que sufrimos casi todos.
Muy simbólico!
ResponderEliminarMiquel, "malegro" que la gente de interior hayáis podido vivir la experiencia del mar gracias a los libros. Te recomiendo tambien otro:
ResponderEliminar20.000 leguas de viaje "submariano"
Que esta muy conseguido, es de Julio, pero se puede leer en Agosto, no creas. Evolucionas favorablemente.
Un saludo.
Francesc, lo que más problemas dan en BUrgos son las "resacas", ojo con ellas.. Un saludo
ResponderEliminarRodericus, los Gracos llevaban dando guerra desde los tiempos de Escipión Emiliano (no el africano) por la distribución del ager publicus romano y otra serie de medidas encaminadas a beneficiar a las ultimas clases romana, Fue una familia de notables, muy rica y siempre dispuesta a enfrentarse a los conservadores. Dicen que se llevaba bien con Julio César, pero la realidad es que se alió con Pompeyo (un error por su parte) y como bien dices con Octavio llego su fin. Creo que si Julio Cesar y Cicerón se hubiesen aliado el mundo seguramente no sería el mismo. Pero Julio Cesar era mucho Julio Cesar, uno de los personajes más interesantes de la Historia y no solo por sus acciones militares...
ResponderEliminarUn saludo
Joselu, cuando la empece a leer siempre buscas la ballena, la que como digo, es solo el telón de fondo. La buscas porque has visto alguna pèlicula pero eso que nos dices es cierto, quizás sea lo menos importante, el protagonista y el arponero, un personaje singular, al que te imaginas muy bien en la descripción que se nos hace y sobre todo, para mi, son los ambientes descritos y las situaciones, pero supongo que para cada uno sera diferente. No se que es una novela fácil, a mi me resulto muy grato leerla y no le veo más dificultad que a otras. El único libro que he intentado leer dos o tres veces y no he podido acabar es el Ulises de Joyce, me aburre mucho. Ya no lo pienso intentar más.
ResponderEliminarUn saludo
Albada Dos, yo leo todos los dias, desde hace más de 30 años, desde que deje de estudiar. Al principio lo hacia por la loable labor de "desasnarme" peor le he cogido gusto al tema, no suelo tener preferencias, pero se lo que no me gusta. Un saludo
ResponderEliminarEmejota, a mi me gusto mucho, nada más.
ResponderEliminarUn saludo
Daniel, no conozco a nadie que haya acabado el "Ulisses" de Joyce ( yo entre ellos ). Por algo será.
ResponderEliminarEchar fuera la melancolía...y los demonios. Yo también quiero, jeje.
ResponderEliminarSaludos.
Jessica, me llena de orgullo y satisfacción saber de tu felicidad, ruego me abones 1.000 dolares USA por el uso de esta pagina para fines publicitarios.
ResponderEliminarUN saludo
P.D. Soy inmune a los hechizos y a los tontos.
Blue, la melancolia es más fácil de manejar que los demonios, a mi me costo mucho echarlos.
ResponderEliminarUn saludo y cuidate