lunes, 19 de agosto de 2019

Predicar y no dar trigo

En el año 376 después de Cristo, en la frontera del Danubio se presentó una masa enorme de hombres, mujeres y niños. Eran refugiados godos que buscaban asilo, presionados por el avance de las hordas de Atila. Por diversas razones -entre otras, que Roma ya no era lo que había sido- se les permitió penetrar en territorio del imperio, pese a que, a diferencia de oleadas de pueblos inmigrantes anteriores, éstos no habían sido exterminados, esclavizados o sometidos, como se acostumbraba entonces. En los meses siguientes, aquellos refugiados comprobaron que el imperio romano no era el paraíso, que sus gobernantes eran débiles y corruptos, que no había riqueza y comida para todos, y que la injusticia y la codicia se cebaban en ellos. Así que dos años después de cruzar el Danubio, en Adrianópolis, esos mismos godos mataron al emperador Valente y destrozaron su ejército. Y noventa y ocho años después, sus nietos destronaron a Rómulo Augústulo, último emperador, y liquidaron lo que quedaba del imperio romano.

Y es que todo ha ocurrido ya. Otra cosa es que lo hayamos olvidado. Que gobernantes irresponsables nos borren los recursos para comprender. Desde que hay memoria, unos pueblos invadieron a otros por hambre, por ambición, por presión de quienes los invadían o maltrataban a ellos. Y todos, hasta hace poco, se defendieron y sostuvieron igual: acuchillando invasores, tomando a sus mujeres, esclavizando a sus hijos. Así se mantuvieron hasta que la Historia acabó con ellos, dando paso a otros imperios que a su vez, llegado el ocaso, sufrieron la misma suerte. El problema que hoy afronta lo que llamamos Europa, u Occidente (el imperio heredero de una civilización compleja, que hunde sus raíces en la Biblia y el Talmud y emparenta con el Corán, que florece en la Iglesia medieval y el Renacimiento, que establece los derechos y libertades del hombre con la Ilustración y la Revolución Francesa), es que todo eso -Homero, Dante, Cervantes, Shakespeare, Newton, Voltaire- tiene fecha de caducidad y se encuentra en liquidación por derribo. Incapaz de sostenerse. De defenderse. Ya sólo tiene dinero. Y el dinero mantiene a salvo un rato, nada más.

Pagamos nuestros pecados. La desaparición de los regímenes comunistas y la guerra que un imbécil presidente norteamericano desencadenó en el Medio Oriente para instalar una democracia a la occidental en lugares donde las palabras Islam y Rais -religión mezclada con liderazgos tribales- hacen difícil la democracia, pusieron a hervir la caldera. Cayeron los centuriones -bárbaros también, como al fin de todos los imperios- que vigilaban nuestro limes. Todos esos centuriones eran unos hijos de puta, pero eran nuestros hijos de puta. Sin ellos, sobre las fronteras caen ahora oleadas de desesperados, vanguardia de los modernos bárbaros -en el sentido histórico de la palabra- que cabalgan detrás. Eso nos sitúa en una coyuntura nueva para nosotros pero vieja para el mundo. Una coyuntura inevitablemente histórica, pues estamos donde estaban los imperios incapaces de controlar las oleadas migratorias, pacíficas primero y agresivas luego. Imperios, civilizaciones, mundos que por su debilidad fueron vencidos, se transformaron o desaparecieron. Y los pocos centuriones que hoy quedan en el Rhin o el Danubio están sentenciados. Los condenan nuestro egoísmo, nuestro buenismo hipócrita, nuestra incultura histórica, nuestra cobarde incompetencia. Tarde o temprano, también por simple ley natural, por elemental supervivencia, esos últimos centuriones acabarán poniéndose de parte de los bárbaros.

A ver si nos enteramos de una vez: estas batallas, esta guerra, no se van a ganar. Ya no se puede. Nuestra propia dinámica social, religiosa, política, lo impide. Y quienes empujan por detrás a los godos lo saben. Quienes antes frenaban a unos y otros en campos de batalla, degollando a poblaciones enteras, ya no pueden hacerlo. Nuestra civilización, afortunadamente, no tolera esas atrocidades. La mala noticia es que nos pasamos de frenada. La sociedad europea exige hoy a sus ejércitos que sean oenegés, no fuerzas militares. Toda actuación vigorosa -y sólo el vigor compite con ciertas dinámicas de la Historia- queda descartada en origen, y ni siquiera Hitler encontraría hoy un Occidente tan resuelto a enfrentarse a él por las armas como lo estuvo en 1939. Cualquier actuación contra los que empujan a los godos es criticada por fuerzas pacifistas que, con tanta legitimidad ideológica como falta de realismo histórico, se oponen a eso. La demagogia sustituye a la realidad y sus consecuencias. Detalle significativo: las operaciones de vigilancia en el Mediterráneo no son para frenar la emigración, sino para ayudar a los emigrantes a alcanzar con seguridad las costas europeas. Todo, en fin, es una enorme, inevitable contradicción. El ciudadano es mejor ahora que hace siglos, y no tolera cierta clase de injusticias o crueldades. La herramienta histórica de pasar a cuchillo, por tanto, queda felizmente descartada. Ya no puede haber matanza de godos. Por fortuna para la humanidad. Por desgracia para el imperio.

Todo eso lleva al núcleo de la cuestión: Europa o como queramos llamar a este cálido ámbito de derechos y libertades, de bienestar económico y social, está roído por dentro y amenazado por fuera. Ni sabe, ni puede, ni quiere, y quizá ni debe defenderse. Vivimos la absurda paradoja de compadecer a los bárbaros, incluso de aplaudirlos, y al mismo tiempo pretender que siga intacta nuestra cómoda forma de vida. Pero las cosas no son tan simples. Los godos seguirán llegando en oleadas, anegando fronteras, caminos y ciudades. Están en su derecho, y tienen justo lo que Europa no tiene: juventud, vigor, decisión y hambre. Cuando esto ocurre hay pocas alternativas, también históricas: si son pocos, los recién llegados se integran en la cultura local y la enriquecen; si son muchos, la transforman o la destruyen. No en un día, por supuesto. Los imperios tardan siglos en desmoronarse.

Eso nos mete en el cogollo del asunto: la instalación de los godos, cuando son demasiados, en el interior del imperio. Los conflictos derivados de su presencia. Los derechos que adquieren o deben adquirir, y que es justo y lógico disfruten. Pero ni en el imperio romano ni en la actual Europa hubo o hay para todos; ni trabajo, ni comida, ni hospitales, ni espacios confortables. Además, incluso para las buenas conciencias, no es igual compadecerse de un refugiado en la frontera, de una madre con su hijo cruzando una alambrada o ahogándose en el mar, que verlos instalados en una chabola junto a la propia casa, el jardín, el campo de golf, trampeando a veces para sobrevivir en una sociedad donde las hadas madrinas tienen rota la varita mágica y arrugado el cucurucho. Donde no todos, y cada vez menos, podemos conseguir lo que ambicionamos. Y claro. Hay barriadas, ciudades que se van convirtiendo en polvorines con mecha retardada. De vez en cuando arderán, porque también eso es históricamente inevitable. Y más en una Europa donde las élites intelectuales desaparecen, sofocadas por la mediocridad, y políticos analfabetos y populistas de todo signo, según sopla, copan el poder. El recurso final será una policía más dura y represora, alentada por quienes tienen cosas que perder. Eso alumbrará nuevos conflictos: desfavorecidos clamando por lo que anhelan, ciudadanos furiosos, represalias y ajustes de cuentas. De aquí a poco tiempo, los grupos xenófobos violentos se habrán multiplicado en toda Europa. Y también los de muchos desesperados que elijan la violencia para salir del hambre, la opresión y la injusticia. También parte de la población romana -no todos eran bárbaros- ayudó a los godos en el saqueo, por congraciarse con ellos o por propia iniciativa. Ninguna pax romana beneficia a todos por igual. Y es que no hay forma de parar la Historia. «Tiene que haber una solución», claman editorialistas de periódicos, tertulianos y ciudadanos incapaces de comprender, porque ya nadie lo explica en los colegios, que la Historia no se soluciona, sino que se vive; y, como mucho, se lee y estudia para prevenir fenómenos que nunca son nuevos, pues a menudo, en la historia de la Humanidad, lo nuevo es lo olvidado. Y lo que olvidamos es que no siempre hay solución; que a veces las cosas ocurren de forma irremediable, por pura ley natural: nuevos tiempos, nuevos bárbaros. Mucho quedará de lo viejo, mezclado con lo nuevo; pero la Europa que iluminó el mundo está sentenciada a muerte. Quizá con el tiempo y el mestizaje otros imperios sean mejores que éste; pero ni ustedes ni yo estaremos aquí para comprobarlo. Nosotros nos bajamos en la próxima. En ese trayecto sólo hay dos actitudes razonables. Una es el consuelo analgésico de buscar explicación en la ciencia y la cultura; para, si no impedirlo, que es imposible, al menos comprender por qué todo se va al carajo. Como ese romano al que me gusta imaginar sereno en la ventana de su biblioteca mientras los bárbaros saquean Roma. Pues comprender siempre ayuda a asumir. A soportar.

La otra actitud razonable, creo, es adiestrar a los jóvenes pensando en los hijos y nietos de esos jóvenes. Para que afronten con lucidez, valor, humanidad y sentido común el mundo que viene. Para que se adapten a lo inevitable, conservando lo que puedan de cuanto de bueno deje tras de sí el mundo que se extingue. Dándoles herramientas para vivir en un territorio que durante cierto tiempo será caótico, violento y peligroso. Para que peleen por aquello en lo que crean, o para que se resignen a lo inevitable; pero no por estupidez o mansedumbre, sino por lucidez. Por serenidad intelectual. Que sean lo que quieran o puedan: hagámoslos griegos que piensen, troyanos que luchen, romanos conscientes -llegado el caso- de la digna altivez del suicidio. Hagámoslos supervivientes mestizos, dispuestos a encarar sin complejos el mundo nuevo y mejorarlo; pero no los embauquemos con demagogias baratas y cuentos de Walt Disney. Ya es hora de que en los colegios, en los hogares, en la vida, hablemos a nuestros hijos mirándolos a los ojos. Original aquí



Ya se que no va a sonar bien, pero lo del Open Arms me parece una tomadura de pelo.

A que se debe esta opinión mía, bueno... hay varias razones, si uno se dedica a "salvar vidas" como dice el patrón del barco, ¿porque no les devolvió a Tunez? era el puerto más cercano y si los aceptaba. Si los lleva a otro puerto más lejano, eso no es salvar vidas, es más, pudiera hasta considerarse un secuestro porque tiene a la gente sin poder salir de su barco casi tres semanas, y lo sabia de antemano, ¿les preguntó a ellos?, ¿como se entera donde están las pateras?... no se, hay algo que no me cuadra y es que el mar es muy grande y hay demasiadas causalidades o casualidades..

Otra razón es que siempre desconfío de los salvadores de algo, permitanme ser así, es mi elección. Es una decisión basada en mis experiencias y en una intuición que casi nunca me ha defraudado y es que cuando uno salva vidas via Twiter, va dando lecciones a todos de todo y casi se pone el circulo de santo en la cabeza,  pues que quieren que les diga, en mi cerebro se disparan las alarmas y empiezo a sospechar que debajo de todo eso hay demasiado escaparate y empiezo a oler carroña, soy así, que se le va a hacer.

Y la tercera razón es esta. Aunque ya se sabe que lo de predicar y no dar trigo, tampoco se lo ha inventado él...

 Como dice el articulo de arriba, todos somos solidarios por la tele, pero es más difícil serlo si se cuelan en tu casa, o si hacen competencia a tu negocio en la calle sin pagar impuestos o incluso si los ves en una calle oscura por la noche..( y no les acuso a ellos, se buscan la vida de esta forma porque no tienen otra, yo haría lo mismo).
 Por no decir lo que dirían muchos solidarios y solidarias si sus hijos o hijas se quisieran casar con una persona de estas que vienen en patera. Seguramente se echarían a llorar de la emoción solidaria...  Sobre todo las hijas, cuando su marido les dijese que como buen musulmán puede tener cuatro esposas, que no sea xenofona, fascista y racista y acepte de buen grado ese desarrollo de la riqueza y variedad cultural, religiosa y etnografica que aporta a España la poligamia (legalizada o no), porque vamos a ver.. ¿quienes somos nosotros para meternos con el Islam y pisotear sus creencias?... No seamos nazis, por dios...
Imaginemoslo por un momento, papá y mamá, este es Mohamed y yo voy a ser su primera o segunda esposa, ( o cuarta, depende), y papa y mama llorando de la emoción porque su hija respeta la diversidad cultural,étnica y religiosa del pobre Mohamed victima del sistema capitalista y no es una fascista xenofoba que solo quiere a Mohamed para ella sola.. enternecedora escena..

 En fin, en esto me parezco a los gobernantes, no tengo ni idea de como arreglarlo, es mas, si soy sincero, no me preocupa de momento mucho, la verdad,
me conformo con ser un ciudadano que intenta ser integro, cumplir mis compromisos y  no hacer mal a nadie y con esto tengo bastante trabajo, no se crean...

 Pero si se, que estos escaparates solidarios no arreglan nada, porque les traemos  aquí para luego abandonarlos, porque simplemente no podemos o no queremos mantenerlos, y a la larga, como es natural, generan guetos y los guetos siempre, siempre, siempre, traen problemas...

Pero el señor del Open Arms queda muy bien en la tele, lo de ser solidario, es moda, eso si, y los que no piensen o pensemos como el somos racistas, xenofobos, fascistas, y todo eso que acaba en ista, (que la lista es muy larga y no quiero alargarme). Pero de algo estoy seguro,  él no vivirá en el gueto, de eso si estoy completamente seguro...

Que Fortuna nos permita pensar con claridad.


8 comentarios:

  1. Ser solidario no está de moda, lo estaba pero ya no lo está. Ahora se lleva más la deconstrucción, derribar los pilares, todos los pilares morales en un ejercicio de liberalismo sin escrúpulos se trata para mí de insensibilizar incluso los complejos, hoy todo el mundo quiere desacomplejar algo por lo que antes sentíamos vergüenza, pudor, moralidad.. es tal vez una indecencia no se a donde llegará nuestro grado de insensibilidad pero da miedo que en algunos lugares del mundo jueguen al futbol con cabezas cortadas en lugar de balones o que aquí la gente se ahogue legalmente esta legalidad está provocando muchas trampas, porque ya se sabe que hecha la ley hecha la trampa y traerá cosas que no deseamos pero tampoco deseo que se ahoguen ni que vivan en un silencio del tamaño de dos continentes, contra más tiempo pase y más muertes generen sus leyes y las nuestras más lo vamos a lamentar. No somos conscientes que vivimos en permanente lujo y a la vez,desprecio.

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  2. Es un apena, los tiempos de la solidaridad parece que se fueron para no volver. Olvidamos que los europeos tuvieron que migrar, masivamente, en periodos de hambruna o guerras. No queremos recordar.

    Un abrazo

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  3. Gemma, no estoy muy de acuerdo con eso. Cuando en algunos sitios se juega al fútbol con cabezas y sale en la tele nos escandalizamos, lo condenamos y se hacen "magníficos programas" con esplendidos "tertulianos" indignados que se preguntan ¿como es posible que consintamos esto?. Pero cuando se les muestra la solución para cortar de raíz eso, que es una intervención armada como primer paso para poner orden, son muchos los que critican eso (no al militarismo), y ningún gobierno se quiere enfrentar a la dura imagen de ver a sus soldados en una región de África luchando por salvar vidas e imponer la paz y mucho menos asumir la llegada de cadáveres en funerarios aviones y madres llorando indignadas preguntando que coño se nos perdió en Ruanda y porque su hijo tuvo que morir allí, y esas serán las mismas madres y padres que ahora se escandalizan con estos hechos, no otros. Eso sin contar que hay que hacer una distribución territorial nueva en Africa atendiendo a comunidades étnicas que poco o nada entienden de las fronteras que se les impusieron en su día. A cambio de esto aplaudimos solidariamente por Twiter a acciones como esta que dejan nuestra solidaria conciencia tranquila, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y dentro de poco en vez de haber solo un problema en Africa tendremos dos, uno allí y otro aquí.

    Un saludo

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  4. Albada Dos, los europeos migraron a sitios con culturas similares, con similares conceptos del mundo, con parecidas ideas religiosas y sociales y eso marca una diferencia enorme, ingente, la gran diferencia, creo yo.No son hechos comparables aunque todos son emigrantes...

    Un saludo

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  5. Encuesta ANÓNIMA de El Periódico, la semana pasada, creo que era el miércoles. Supongo que lo de anónimo es porque se hace sin nadie delante y desde la casa de cada uno. ¿Desea ud. que venga más emigración sin papeles a España? Respuesta 54´4% NO.

    Insisto. Somos buenos de boquilla. Nini´s con base en Vallvidrera (Baixador) Carré Font del Mont. Hace un año largo que está clausurado. La presión vecinal logró que allí, ese centro se clausurara. ¿Donde han ido a ponerlo ?...no lo se, tan siquiera si hay otro en su lugar.

    Prisión de la calle Entenza. Gran triunfo de la AAVV del Eixample...Muy bien, pero habrá que ponerla en otro lugar...a no...en mi barrio no, en mi pueblo no...en mi distrito nooo...

    Sala de punción para drogadictos...en el culo del Raval (Atarazanas, parte posterior); se intentó poner una en la parte norte de Barcelona (allí también le dan a la coca y la heroina), imposible, allí se clamó al cielo los ciudadanos y ciudadanas, compis y compas, eso sólo para el Casc Antic, o en todo caso Can Tunis, en la parte baja del cementerio, con una furgona autocaravana.

    Comedor social Hermanas de la Caridad (Teresas de Calcuta). En el Raval, calle Hospital. Plaza de Sant Agustí. Los vecinos del barrio lo han intentado cerrar cien veces, pero el Ay untamiento no tiene un local acondicionado para dar GRATIS TOTAL (primer y segundo plato y cada día) lo que se dio este domingo pasado TRES turnos y entre 620 y 630 si, siii SEICIENTOS VENTE /trenta, no se contabilizaron bien, porque resulta que al ser mes de agosto, los comedores sociales de los cuales son responsables (no se en que grado) el Estado Central ?, la Generalitat y el Ay untamiento, se encontraban cerrados al ser agosto (ayer volvieron a abrir y hoy los menus no han subido de 370)...Y a lo que vamos, comedores sociales SIIII, pero no en la manzana de mi casa.

    Todo de boquilla hasta que me toca aguantarlos a mi. Es un tema que lo toco a diario, lo tengo manido y veo que todo Cristo va a buscar quedar bien, que eso es lo que en realidad deseamos, que nos miren, pero no que nos observen.
    Salut...ya me he cansao.

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  6. A la sombra de una cierta "solidaridad" se han hecho y se hacen buenos negocios en este país.

    Oscar Camps y su empresa ya ni siquiera se molestan en comparecer en los diversos juicios derivados de los pleitos que sus ex-empleados han presentado contra la empresa en los tribunales.

    Ya sabe a priori que las sentencias condenatorias son seguras, y así se ahorra los gastos de la defensa.

    A estos progresistas de boquilla que claman por tanta solidaridad, yo les obligaría a dar techo, comida, y medios a un refugiado, hasta que este consiguiera trabajo y autonomía personal propia.

    Ya veríamos entonces cuánto tiempo durarían las "buenas" intenciones.

    Es muy fácil tirar con pólvora del Rey, regalar el trigo del estado....

    Ahora bién, arremangarse como hace Miquel, y regalar aunque sea el propio tiempo ayudando a los demás, eso es otra cosa muy diferente.

    Lo fácil, es el "postureo".

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  7. Miquel, algunas veces me pregunto si Pablo Iglesias habrá alquilado su anterior casa a algún desempleado o sin techo y luego me digo si soy gilipollas, pues claro que no...
    Un saludo

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  8. Rodericus, tan solo con que no explotasen a sus más cercanos, solo con eso ya harían suficiente...
    Un saludo

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Piensa como piensan los sabios, más habla como habla la gente sencilla. Aristoteles (384 AC-322 AC). Filósofo griego.

28 septiembre. Domingo

 "Fuimos en tren hasta lo de Illera. Es un cazadero hermoso con una ladera muy áspera, llena de jaras y tomillos, y un chaparral arriba...