miércoles, 3 de julio de 2013
Corso
Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes, y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja, y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno, y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada. Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.
Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto. Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable. Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.
Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire. Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado -ahí no hay discrepancias ideológicas- el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.
De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.
Patente de corso
Esa gentuza
ARTURO PÉREZ-REVERTE | El Semanal - 05/7/2009
Que Fortuna os sea propicia.
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Ya lo había leído, yo es que de Reverte procuro no perderme nada, mucho lo odian por prepotente, vanidoso y borde, a mi me encanta por todo eso y por como escribe y casi siempre estoy de acuerdo con él.
ResponderEliminarPara echar la pota no hay otro que lo haga mejor.
Besos
Existe Gregorio Morán, en las sabatinas intespectivas de La Vanguardia. Lleva 25 años escribiendo. Esta semana le han llamado catalán resentido.
ResponderEliminarUna joya.
salut
Hummmm! Catalán resentido...eso me va a gustar. Lo busco a ver.
ResponderEliminarNos guste más, nos guste menos, lo realmente jodido es que tiene razón. Que quitando a 4 el resto son una panda de impresentables.
ResponderEliminarNo sigo que me encrespo y la lío.
A mi de REVERTE suele gustarme más en el fondo que en la forma, porque una cosa es que alguien escriba desde las tripas puntualmente, hasta es sano hacerlo de vez en cuando. Otra cosa es que se instale en ello, que desbrave a toodas horas adoptando esa pose de ofendido perpetuo con un mundo del que él como todos, participa.
ResponderEliminarEs su abuso del constante bronqueo a todo hijo de vecino, buscando encender al personal yendo a la crítica fácil y populista lo que creo que le sitúa en la diana de las críticas. Desgraciadamente sus verdaderas intenciones las conoce solo él, desde fuera ocurre que donde las dan las toman y esa parte la olvidan quienes descerrajan tiros a todo lo que se menea.
Por otra parte, ver a toda la panda de políticos camino de un restaurante como pavos encantados de haberse conocido, haciéndolo tan mal como lo hacen, estando este país como está, es normal que ponga el estómago de punta... solo que a él, se lo pone todo el mundo ( debe tener ardor de estómago constante:-)
Muuchos besos TEMU y felices fiesta en Burgos, recueerda.. si bebes, no conduzcas ;))
María...internacionalización y en español, se debe de decir en mejicano...que es aquello de "si tomas, no manejes" o como se dice en mi pueblo, "si te jartas no guíes".
ResponderEliminar(Es que hoy "toy contento")
Por una vez y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con Reverte
ResponderEliminarmaravilloso blog
ResponderEliminarme ha encantado
Reverte dice cosas muy sensatas, por ejemplo ese es un magnífico artículo, pero le pierde la pose cool y perdonavidas. Parece uno de esos detectives de serie negra a lo Philiph Marlowe, siempre chulos, engreídos y burlones aunque por ello los agentes del poder no dejen de darles de hostias a la mínima oportunidad.
ResponderEliminarSe ha currado su independencia y escribir lo que le sale de sus partes pero también eso refleja cierta situación de privilegio personal que el resto de la población no nos podemos permitir.
Inmagina, le sigo Patente de Corso y compro sus libros, es uno de mis favoritos. En este articulo condesa el pensamiento de muchos de nosotros. Y respecto a lo de los catalanes, mucho cuidado, sino eres del regimen...
ResponderEliminarMiquel, mirare a ver, seguro que puedo aprender algo.
ResponderEliminarMalo, ya se de que palo vas, de los comprometidos...
ResponderEliminarMaria, no creo que critique a tantos, ocurre que pincha y los pinchados al ver sus vergüenzas al aire, lo normal es que se mosqueen. No bebo casi nada ultimamente, esta tarde cuando llegue llevo a los niños a las barracas...
ResponderEliminarMalo, pues eso...
ResponderEliminarTracy, si lo lees creo que coincidiras más..
ResponderEliminarRECOMENZAR ¿estas segura?
ResponderEliminarDoctor Krapp, eso mismo se lo he leido en algun articulo, que el se puede permitir el lujo de mandar a tomar aire a quien le venga en gana y que mucha gente no lo puede hacer. Para mi es un persona muy consciente, por lo que escribe, personalmente no le conozco.
ResponderEliminarsigo con atención a Gregorio Moran, le llaman resentido porqué dice verdades que duelen.
ResponderEliminarEstoy empezando a leer algo de Gregorio Morán. ¿Cuidado? Éste no es del régimen, por lo que leo ¿no?
ResponderEliminarMira, estaba leyendo ahora mismo...mira el principio de este artículo:
"Esto de la patria –chica o grande– se está poniendo muy chungo. Lo de la patria grande alcanza el delirio. Imagínense alguien con espíritu temerario que se atreva a decir que ni se siente español, ni catalán, ni vasco, ni nada de nada, como no sea jodido ciudadano del mundo. Pertenezco, o eso creía, a una generación escasamente preocupada por los símbolos, las banderas, los himnos y demás utensilios de la chamarilería patriótica. Eso se acabó y me temo que para mucho tiempo"
Es que soy una de esas con espíritu temerario, y ya he comprobado en más de una ocasión que opinar así es peligroso.
Besos
Algunos o todos lo sabrán,pero les será absolutamente indiferente...
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente y me parece vital echar la pota,porque de lo contrario,estallaríamos.
Yo cada vez me siento menos de nada,y menos de ningún partido,jamás lo he sido aunque he sentido cierta empatía con ciertos personajes políticos.
Ahora no creo en ninguno de ellos.
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Besos.
De acuerdo con Reverte hasta en la última coma, pero, sabes? Yo, que he aprendido a controlar las ganas de potar y que me puedo contener cada vez mejor, intento no olvidarme nunca de esos 4 que quedan con escrúpulos y que miran por el interés general. No me parece justo que se meta a todos en el mismo saco. Me da igual que sean políticos, que funcionarios, que fontaneros, que catalanes o que curas. Me fijo en el individuo, con nombre y apellido, no en la masa informe, aborregada, interesada y corrupta.
ResponderEliminarEn este artículo me ha gustado Revertito. Ha estado comedido en las formas, y eso se le agradece.
Un beso, pater.
Francesc no conocía su existencia hasta ahora, intentare buscarlo..
ResponderEliminarInmagina, se comedida, calla y asiente ante los variados espíritus nacionales y ante el régimen, no discrepes pues seras tachada de antipatriotica, eso es allí y aquí, no creas...
ResponderEliminarMarinel yo soy de un partido, pero no me considero politico al uso, lo que es más importante es que creas en ti, al final es lo que sirve...
ResponderEliminarNovicia, aquí habla de Bosnia y de lo que estos pueden llegar a hacer...Para mi que lo falla es el sistema y este arrastra a las personas...
ResponderEliminarYo también tengo la vida resuelta y sé que en política y otros muchos lugares hay mucho cabrón suelto, pero la prepotencia siempre me tocó las pelotas venga de donde venga. Posiblemente éste con un cargo sería similar a los que critica. Por desgracia los políticos son necesarios -algunos menos de los que hay-, pero deberíamos poderlos mandar a su casa a la mínima golfería. Yo he visto y tratado a muchos de ellos y también los hay desgraciados, ya que la chulería es innata y él hace gala de ello. R.
ResponderEliminarP.S. Posiblemente habría que hacer una barrida y que entraran personas que trabajan con pico y pala, ya que para actuar con rectitud no hace falta nada mas que ética. Para redactar cosas ya están los funcionarios. Las normas también deben ser claras y cualquiera que robe que se pudra en la cárcel mientras no devuelva el dinero y si es público a trabajar como un cabrón día y noche.
Ricardo, posiblemente a este señor no le seduzca la política, como dice ha pasado de admirar a odiar y cuando a una garn parte de la poblacion le ocurre esto, cualquier persona inteligente se pregunta ¿porque?. En cualquier industria se hacen constantemente estas preguntas, aqui se hacen encuestas que se pagan con dinero ajeno y el que las hace busca dorar la pildora al que dice pagarlas... Hay que cuestionar muchas cosas.
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